Cristina Kirchner fue dada de alta de su cuadro neurológico. Lo mismo ocurrió con su arritmia, que está bajo control y se ha descartado la necesidad de un marcapasos.
Sin embargo, los médicos decretaron oficialmente que posee algo denominado Síndrome de Disautonomía. ¿Qué es esta nueva patología?
Básicamente, la psicología define la disautonomía como una respuesta del sistema nervioso ante cualquier situación que se percibe como una amenaza. Explicada de otra manera, esta enfermedad consiste en un grupo de trastornos provocados por un mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo (que es responsable de regular automáticamente funciones como el pulso, la presión, la temperatura y la respiración).
Según revela el portal Belleza y Alma, entre las enfermedades que “conforman” la disautonomía, se incluye el síncope de origen neurocardiogénico, el síndrome de taquicardia postural (POTS), el fallo autonómico puro (FAP), la hipotensión mediada neuralmente, la intolerancia ortostática (OI), el prolapso de la válvula mitral, la inestabilidad autónoma, la atrofia multisistémica (síndrome de Shy-Drager) y síndrome de fatiga crónica, entre otras.
Si bien es un trastorno más bien complejo, los síntomas más comunes son simples. Aquellas personas que sufren de disautonomía están constantemente con sueño, se cansan fácilmente y la mayoría siente que después de medio día ya no tienen energía. Además, algunos síntomas concretos de la disautonomía son:
-Taquicardia
-Bradicardia
-Palpitaciones
-Dolor en el pecho
-Presión sanguínea peligrosamente baja
-Cambios amplios y/o bruscos en la presión
-Mareos
-Desmayos o estados pre-síncope
-Problemas gastrointestinales
-Nauseas
-Insomnio
-Falta de aliento
-Ansiedad
-Temblores
-Micciones frecuentes
-Convulsiones
-Empobrecimiento cognitivo
-Visión borrosa o en túnel
-Migrañas.
La disautonomía es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, sin embargo, generalmente se detecta más en mujeres que en hombres. Estudios han mostrado que entre los pacientes que sufren de disautonomía hay un hombre por cada 20 mujeres, supuestamente la diferencia está en que los hombres, por su estructura física, suelen ser más resistentes al estrés.
Detección de la disautonomía
Debido a que los síntomas más conocidos, y por los que se consulta generalmente, son el cansancio crónico y a la sensación episódica de debilidad, muchas veces ocurre que se hace un diagnóstico erróneo de depresión, fibromialgia, fatiga crónica, hipotiroidismo o hipoglicemia. Sin embargo, el mal diagnóstico de la disautonomía deriva en que el paciente puede terminar con una calidad de vida bastante pobre, ya que se encontrará en constante estado de somnolencia, cansancio y decaimiento. De la misma forma, es posible que sufran mareos al moverse de manera muy brusca, dolor de cabeza y náuseas.
Las personas con disautonomía tienden a sentirse mal, débiles, cansados, sin ánimo, y encerradas en sí mismos. Físicamente se les ve pálidos y con los párpados caídos. El diagnóstico de esta enfermedad se realiza comúnmente con la prueba de la mesa inclinada o test de Tilt. Recientemente se creó el “ANSiscope”, un dispositivo que permite medir de forma no invasiva cómo se relacionan los sistemas simpático y parasimpático, y evaluar cuantitativamente la disfunción en el sistema nervioso autónomo del paciente.
La disautonomía es una enfermedad relativamente frecuente, pero que usualmente no es diagnosticada y acarrea un sinnúmero de problemas, derivando en mala calidad de vida al paciente. Por todo esto es sumamente importante estar atentos a los síntomas, para detectarla de manera correcta, y así tratar la disautonomía y sus complicaciones de la mejor manera posible.
María Luisa Torres