Si bien el dato que se conoció este lunes se esperaba, lo cierto es que volvió a causar y sorpresa. Es que los resultados difundidos este lunes sobre el desempeño de la Argentina en materia educativa confirmó lo que todos esperaban: nuestro país continúa retrocediendo en materia de calidad instructiva. La fuente es lo más cercano a lo inequívoco, PISA 2012, un estudio internacional de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que evalúa en matemáticas, ciencias y compresión de lectura a estudiantes de 15 años.
Allí apareció el cuadro que ensombrece a la educación local. Según se consigna oficialmente, el país se ubica en el puesto 59 entre 65 naciones, cayendo una posición con respecto al 2009, el año del último informe.
No faltó mucho para que el gobierno diera su postura oficial, y vino de la mano de Stella Maldonado, secretaria General de Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), en Página/12.
En primer término, Maldonado pone en duda las pruebas, pero no por su contenido, sino porque el estudio es realizado por la OCDE.
“Las pruebas son un instrumento diseñado por la OCDE, organismo que coordina políticas macroeconómicas de los países centrales, los mismos que están sumidos en grave crisis económica y social desde 2008, con alto costo en términos de pérdida de derechos de sus ciudadanos”, dice la gremialista oficialista.
Y continúa: “El área de educación de la OCDE, preocupada por saber con qué tipo de mano de obra van a contar las empresas en las próximas décadas, diseñó estas pruebas que se aplican desde el año 2000 a estudiantes de 15 años independientemente del nivel educativo en que se encuentren. No miden conocimientos, sino destrezas y habilidades muy requeridas para un mundo con empleos flexibles y cambiantes”.
Para Maldonado, la prueba es “un absurdo estadístico carente de rigor científico”.
“No cabe duda de que nuestro sistema educativo tiene aún graves problemas, uno de ellos es la necesidad de avanzar en las escuelas de jornada completa, mejorar los aprendizajes de lectoescritura en el primer ciclo, lograr mayores niveles de permanencia y egreso con aprendizajes significativos en la escuela secundaria”, pero para la gremialista “seguramente las pruebas PISA no nos van a dar ninguna pista acerca de qué hacer para superar esas falencias y sí les dan argumentos a quienes quieren hacer retroceder la inversión educativa, por lo tanto hay que recortar presupuestos. Son los que nos proponen el pasado como futuro”.
Por lo tanto, Maldonado propone “cumplir con lo acordado en la Comisión de Educación del Mercosur: crear un Instituto de Evaluación Regional y construir parámetros propios que reflejen nuestras realidades”.
En fin, si hay inflación, intervengamos las estadísticas; si hay corrupción, callemos a los medios; si no hay dólares, prohibamos la compra y si los chicos son burros es porque la prueba es capitalista.