“Los médicos recomendaron que se vean menos para evitarle un factor de estrés a CFK. Peleas e internaciones psiquiátricas”. Así es el avance que promociona la edición de revista Noticias que sale esta noche. Allí se habla de la historia secreta de la relación entre Gisele y Cristina Fernández, la presidenta de la Nación. Leé un anticipo de la nota que saldrá hoy:
Las hermanas Fernández no pueden pasar mucho tiempo juntas. Por algún motivo, la más famosa de las dos siempre termina huyendo de la otra, que aún es una desconocida para el gran público.
El último encontronazo ocurrió luego de que la Fernández famosa, Cristina, la Presidenta, se sometiera a la delicada operación en el cráneo que la obligó a ausentarse durante un mes y medio del Gobierno. Durante todo ese tiempo convivió en la Quinta de Olivos con su hermana Gisele, la desconocida. No lo soportó.
Cada vez que Gisele le daba una orden a ella o a los médicos, Cristina explotaba. Su hermana, médica clínica, la trataba como a su paciente y desautorizaba a los profesionales que cuidan a la Presidenta, todos expertos de renombre. Además, Gisele le sacaba el control remoto del televisor y solo dejaba que Cristina viera comedias románticas y sitcoms inocuas.
Los noticieros estaban prohibidos, incluso el de Canal 7, y también le censuró su serie favorita, “Game of Thrones”, porque a su criterio contenía escenas de violencia que podían perjudicar a la paciente en reposo.
Pero no eran solo esas pequeñeces las que terminaron irritando a Cristina. Era Gisele en general: su voz estridente, su actitud mandona, sus problemas, las eternas discusiones entre hermanas que la retrotraían a un tiempo que creía superado.
Los médicos que seguían su evolución en Olivos fueron los primeros en advertir que la presencia de Gisele era nociva para la Presidenta. Le habían recomendado evitar las situaciones de estrés. Y su hermana, básicamente, la estresaba. Entonces cortaron por lo sano: “Pase solo el tiempo necesario con ella”, le dijeron a la Presidenta, que acató la orden con una mezcla de culpa y alivio.
Y su médico de cabecera, Facundo Manes, de la Fundación Favaloro, le recomendó algo más: que invitara a sus amigas, que no se encerrara en el círculo que conforman sus hijos, su madre, su hermana y algún que otro funcionario, como Carlos Zannini o el camporista “Wado” De Pedro.
—Mi entorno es lo que ve, doctor —respondió Cristina, seca.
Redacción de TDP
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MÁS CHIFLADA QUE LA MENTIROSA PERVERSA NO PUEDE SER. GISELE AL LADO DE LA VÍBORA PONZOÑOSA ES UNA SANTA.
la rivalidad entre estas dos arpias es muy vieja es desde que saben que son medias hermanas una hija de un suboficial de la armada y la otra de un maton y luego colectivero apodado el colorado esa es la diferncia vieja y la otra que es recibida en la universidad y la otra es apenas una pseudo abogada exitosa,cosas de mujeres una seria la otra tilinga,el saber cual es cual lo dejo a su libre eleccion.