Ya no tengo duda que Cristina Fernández de Kirchner debe ser sometida a juicio político por mal desempeño de sus funciones y falta de idoneidad para ejercer el Poder Ejecutivo Nacional.

El proyecto de ley que anunció ayer por cadena Nacional en una de sus vulgares charlatanerías, esta vez con una cierta dosis de nerviosismo que se puede atribuir a una intención escénica para generar una falsa imagen de “debilidad femenina” o bien nerviosismo por saberse incapaz que sería más comprensible y justificable.

Con este proyecto de ley destinado a sortear la jurisdicción del juez Griesa o mejor dicho del Estado de Nueva York, para este caso, la República seguramente caerá en desacato si el proyecto es convertido en ley. Pero como todo mal, al Congreso se le genera una oportunidad, que es la de asumir la negociación para cumplir la sentencia del juez Griesa y al tiempo promover el juicio político a la Presidente.

Cristina está demostrando su grosera incapacidad para ejercer el Poder Ejecutivo, como lo hizo al anunciar la denuncia a la empresa “Donnelley” por presunta infracción a la llamada ley de financiación del terrorismo, debiendo ser corregida por un funcionario de segunda línea que dijo en verdad se podría tratar de una quiebra fraudulenta.

Cristina está poniendo en riesgo no ya el presente sino el futuro de la República por muchos años, porque costará bastante regresar de esta verdadera estafa procesal que está proponiendo consumar a nivel internacional.

Dijo Cristina: "Les pido que en todo lo que estemos en desacuerdo sigamos estando en desacuerdo. Pero en esto tengamos la grandeza de entender que no es un problema de un gobierno".

Le respondo, no Cristina es un problema de su gobierno, de su incapacidad y de la inmadurez de su caricaturesco ministro de economía y de su séquito camporista, (¿?) presuntos asesores egresados de la escuela de Siruela.

Hay un dicho que dice que la verdad en boca de impío sigue siendo verdad y en esto Cristina tiene razón, debo reconocerlo, cuando dijo &"Me dirijo a todos y todas para abordar un tema complejo que nos atañe a los argentinos de hoy y del futuro. A partir del golpe de Estado y los sucesivos gobiernos democráticos la deuda externa fue creciendo y convirtiéndose en un condicionante del crecimiento” lo que no dijo es que su incompetencia profesional nos puede colocar en el nivel de “parias”.

“Todas y todos” debemos dar una respuesta, diría unánime, la Argentina debe cumplir la sentencia, más allá de las críticas que pudiera merecer, le corresponde al Congreso, asumir el modo en que se pagará esa sentencia y sobre todo le corresponderá rechazar totalmente este insólito proyecto de ley de cambio de jurisdicción que nos pone a la altura del más primitivo de los delincuentes.

Pero también los futuros gobiernos deben ser responsables, deben usar el endeudamiento para mejorar la precaria infraestructura que nos legaron estos años de “democracia”, fortalecer la institucionalidad republicana y administrar el país con excelsa idoneidad y suprema responsabilidad.

Por último cuando la presidente dijo que si los “holdouts” podrán entrar al canje, y ello les reportaría una ganancia del 300%, puede ser cierto pero, cabe preguntarse realmente la quita de la deuda reestructurada fue del 75% o es otro de los mitos de sus “charlatanerías”.

Y, “the last but no least”, esa apreciación de su especial modo de ponderar y separar lo justo de lo injusto nos hace entender que la reforma propuesta a la ley de abastecimiento será aplicada, si el congreso la llegara a aprobar, con todo su rigor, ya que solo “ella” tiene la virtud de decirnos que es lo justo.

El congreso tiene ahora la responsabilidad histórica no solo de evitar que la República se convierta en una zona sin ley, sino asimismo de promover el juicio político a Cristina por grosera incompetencia para ejercer la función de Presidente de la República.

Lo anecdótico, a Cristina ahora le quedarían solo 149 “charlatanerías”.

Luis Alejandro Rizzi