“Señores pasajeros, cuiden sus pertenencias porque se han detectado arrebatadores dentro de las formaciones”. Esa frase suele escucharse por los altoparlantes del Subte, alertando sobre los denominados “pungas”.
Según reveló hace unos meses diario Clarín, en 2011 la Policía Federal dejó de estar a cargo de la seguridad y ahora sólo hay algunos efectivos que cumplen adicionales, contratados por el Gobierno porteño.
“Pero, al igual que antes, suelen estar más atentos a las cajas o a que nadie salte el molinete que a detener punguistas”, dice el matutino.
Ante la sensación de desamparo, algunos pasajeros se convirtieron en “cazapungas” y empezaron a escracharlos, perseguirlos, sacarles fotos y subirlas al sitio de Internet peesba.com.ar o a través del Twitter @pungasenelsubte.
“Empezamos a hacer esto porque veíamos todos los días cómo robaban, siempre los mismos. Y porque ahí abajo, en el subte, no está el Estado: dependés de vos”, dice Osvaldo, un abogado que no dio su verdadera identidad.
A continuación, algunos de los pungas que cada día se apropian de lo que no es de ellos: