El exacerbado estatismo “kicillofista” sumado a los horrores cometidos en la macroeconomía, dichos fenómenos, promueven la aparición de figuras nefastas que lanzan libros y otorgan entrevistas periodísticas.
Pero que quede claro que Axel Kicillof es un mal gestor, realiza una mala gestión económica; Domingo Cavallo, en cambio, produjo un genocidio económico. Aclaro que estoy parado en las arenas de la neutralidad, del pensamiento tercermundista, de la teoría de la tercera vía, creo en un modelo de Estado keynesiano y de bienestar que genere pleno empleo y que pare de repartir dádivas. Alguien dijo que "el trabajo dignifica" al ciudadano.
Un neoliberal como “el Mingo”, que ancló el peso al dólar, que desguazó el aparato industrial-productivo y científico nacional. Además, el tejido ferroviario fue desmantelado. Fue un país devastado sin guerra, devastado por el plan económico de este señor calvo. No jorobemos, no nos vayamos a los extremos.
Escucharé sus argumentos pero en la evaluación de mi mente estará la historia presente.
Creo que existen cuadros económicos más lógicos y coherentes. Miguel Bein, Mario Blejer, Aldo Pignanelli y Roberto Lavagna.
Cavallo Justifica su plan llevado a cabo entre 1991-1996 y en 2001, no se hace cargo de ninguno de los costos sociales. Los errores macroeconómicos fueron de otros. Según sus argumentos él nunca falló.
No se le entiende al hablar, habla en términos económicos herméticos, los necesarios para trampear a un pueblo.
Axel Kicillof comete errores y fieros. Pero este señor calvo y sus acciones son un manual de lo que no hay que hacer, de un pasado al que no hay que volver. Debe nacer lo nuevo.