El pasado 9 de agosto, Gustavo Menéndez se convirtió en uno de los protagonistas de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias cuando, por un holgado margen, se impuso en la interna kirchnerista de Merlo y puso fin a 24 años de intendencia de Raúl Othacehé, uno de los más antiguos barones del conurbano.
La elección estuvo rodeada de un clima enrarecido, con denuncias de golpizas y amenazas. Incluso, el propio Menéndez decidió resguardar a su hijo, y mantenerlo fuera del país, por lo que no pudo festejar el triunfo con él.
Ahora, con la seguridad de haber obtenido 20 mil votos más que su contrincante, y casi el doble que la suma de su principal competidor, en diálogo con Infobae analizó su triunfo y habló sobre sus perspectivas de cara a octubre y qué perfil le dará a una eventual intendencia.
“El día de la elección, que arrancamos tempranito, a las cinco de la mañana, no nos dejaban entrar algunos fiscales a las escuelas. Tuvimos problemas temprano, algunas escuelas que abrieron demasiado tarde. Hubo algunos golpes, algunos amedrentamientos hacia fiscales”.
En ese contexto, Othacehé parece haber decidido vaciar la municipalidad de Merlo, seguramente frente al temor de quedar fuera de circuito en octubre y ante la posibilidad de que alguien pudiera descubrir alguno de sus chanchullos. La foto que ilustra la nota es reveladora per se.