Mientras una nueva marcha de
familiares y sobrevivientes de la tragedia de Once va surcando la Avenida
Rivadavia hacia la histórica Plaza de Mayo, buscando el consenso
necesario para seguir exigiendo justicia pese a la política del divide y
reinarás llevada a cabo por Kirchner, Fernández e Ibarra.
Se sigue buscando justicia cuando el Jefe de
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Aníbal Ibarra, ha emprendido
una nueva escapatoria hacia adelante con respecto a sus responsabilidades
políticas, gracias a la prórroga que, aunque limitada, le concediera la
Legislatura porteña para efectuar su descargo ante la Comisión de
Acusación y tampoco podemos olvidar, sin dudas, que el resto de los
autores materiales e intelectuales de la tragedia de Once siguen en
libertad.
Por otro lado, otra cuestión sobrevuela dentro de las
consecuencias de una tragedia evitable: las secuelas físicas y
psiquicas en una buena parte de los sobrevivientes. Ellas acarrearán,
sin dudas, algún tipo de discapacidad y ello, teniendo en cuenta la real
situación por la cual atraviesan quienes integran dicho colectivo social,
supondrá que nuestra sociedad y el mismo Estado les brindarán ese mismo
trato, entre la indiferencia y la irrelevancia, que lleva al dolor de no
ser mientras la hipocresía de la clase política cabalga libremente.
Cuando hablamos de justicia, debemos referirnos tanto
al juicio y castigo a los responsables, por un lado y por otro, a la
certeza acerca de las futuras dificultades de muchas víctimas, las cuales
vieron sus vidas transformadas, partidas en dos, para convertirse en seres
que siguen buscando la dignidad perdida al igual que piqueteros,
trabajadores del subte y del Garraham como tantos otros que pueblan las
calles de pobreza y de indigencia, pese a los grandilocuentes anuncios de
incremento del empleo...
Entonces, en el medio de una campaña cargada de sin
sentidos, de puro verbo inflamado, podemos seguir afirmando que la
justicia sigue ausente pese al lento y seguro avance del expediente
judicial a cargo del juez Lucini. Y esa ausencia se evidencia en la falta
de compromiso para dar paso a la conveniencia personal, mientras el
sufrimiento sigue carcomiendo las almas de los familiares y de los
sobrevivientes pero también de todo un pueblo que sigue esperando el pago
de su deuda interna, más que el próximo pago puntual al FMI a
realizarse el próximo 8 de septiembre...
La justicia sigue ausente, y por eso debemos acompañar
el compromiso y la acción de quienes pretenden una Argentina distinta,
con justicia y con plena igualdad de oportunidades para nuestros hijos y
nietos.
Sin dudas, las próximas elecciones deberían marcar el
grito de toda una ciudadanía diciendo basta a muchas decisiones que,
hasta ahora, solamente perjudican al interés nacional, incluídas las trágicas
consecuencias de la tragedia de Once porque la Argentina es una República
Cromagnon...
Juan Carlos Sánchez
juanca_s2003@yahoo.com.ar