Nacieron entre 2001 y 2010, son los hijos de la inflación. Son chicos entre 6 y 15 años que solo saben que las cosas aumentan naturalmente todos los días y también conocen de las quejas de sus padres porque nada alcanza y todo sube.
¿Se sabe realmente cuál será el impacto futuro en sus formas de vida de estos chicos haber vivido con este flagelo de la inflación?
Quizás algunos psicólogos e investigadores de la salud mental ya estén trabajando en esto, pero cada vez más, entiendo, nos lleva a una sociedad egoísta y del sálvese quien pueda.
En el año 1987 ya el grupo musical Virus decía en una de sus canciones "las caricias sufren inflación". Eso grafica cuán cotidiana era esa palabra.
En estos años, esta maldita palabra —inflación— se escuchó más veces seguramente que las palabras “producción”, “solidaridad”, “distribución”, “amor”, etc.
El otro día, mis hijos me pidieron dinero para comprar en el kiosco del colegio. Les di 10 pesos a cada uno y me contestaron: "¡Ni un alfajor compramos, Pá!".
Realmente doloroso si uno lo extrapola a una familia con muy pocos recursos como abundan en Argentina.
Es hora que empecemos a exigirnos para nuestros hijos una vida más normal. No hay palabra, discurso ni paritaria que alcance. Solo hechos.