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En contra del progreso

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LA INSÓLITA DISCUSIÓN SOBRE UBER
LA INSÓLITA DISCUSIÓN SOBRE UBER

Hace un par de semanas el gobierno uruguayo declaró la legalidad del servicio privado de transporte de pasajeros llamado Uber. Luego de una contienda legal de enormes proporciones, este novedoso servicio que genera tanto adeptos como detractores finalmente comenzará a competir con los tradicionales taxis de nuestro país vecino.

 

Pero ¿Qué es Uber? ¿Cómo funciona? Y ¿Por qué se oponen tanto los taxistas a su implementación?

Uber es una aplicación para smartphones, la cual permite solicitar un chofer y estimar tanto la tarifa del servicio como el tiempo de viaje. La novedad se presenta con el hecho de poder conocer información personal del conductor, incluyendo desde el vehículo que maneja, hasta calificaciones y opiniones de usuarios anteriores. Todos estos representan datos que, en lugares relativamente peligrosos –como lo es actualmente la Argentina – resultan ser extremadamente valiosos.

La oposición a este novedoso producto viene de la mano de los gremios de taxistas, los cuales en su mayoría alegan “competencia desleal” por parte de Uber. Es que, debido a que este nuevo servicio no pasa por la órbita burocrática estatal ni gremial, sus conductores gozan de costos operativos mucho menores, y es por ello que las tarifas del servicio de Uber son de entre un 40% y un 50% inferiores a las del servicio tradicional de taxi, convirtiéndose esto último en su punto fuerte y principal atractivo hacia los consumidores. 

¿Cuál fue entonces la respuesta de los taxistas cuando se anunció que Uber comenzaría a operar en Argentina? ¿Buscaron reducir la injerencia de los gremios y del estado en la actividad privada? ¿Intentaron reducir costes para ser más competitivos? ¿Generaron alternativas que hicieran más atractivo el tradicional servicio de taxis?

No, nada de eso, sino que estos se limitaron a protestar, cortando calles céntricas y amedrentando tanto a conductores de este nuevo servicio como a los usuarios del mismo, actuando como un grupo de lobby que ve amenazado su poder.

Sin embargo las protestas contra Uber, como así también contra cualquier bien o servicio innovador que viene a sustituir a otro, no tienen sentido alguno. Imagínense sino, a las empresas de telegrafía protestando con el surgimiento de la telefonía fija, luego a los prestatarios de esta en contra de las empresas de telefonía móvil y a estas últimas actualmente en contra de WhatsApp. Ni siquiera haciendo una enorme abstracción podríamos ver a los empleados del servicio de correos cortando calles ante el nacimiento del email, como tampoco nadie supondría a los periódicos yendo en contra de los portales de noticias online ni a los canales de televisión contra plataformas digitales como YouTube o Netflix. 

Para poder entender en profundidad este conflicto es necesario saber que, a lo largo de la historia, el surgimiento de un nuevo bien o servicio siempre ha generado tanto beneficiados como perjudicados. Obviamente, serán estos últimos aquellos que ofrecían un producto que ahora ha sido reemplazado por otro que cumple las mismas funciones, pero que, posee además otras características como un menor precio, mayor eficiencia, mejor calidad, etc. Quienes en cambio saldrán beneficiados, serán aquellos que puedan utilizar su ingenio y creatividad para captar las necesidades de la sociedad y satisfacerlas de formas innovadoras, plasmando sus ideas en productos que esta valore.

Sin embargo, quien realmente será beneficiado en última instancia será el ciudadano común, el consumidor promedio, quien contará con mayores posibilidades de consumo y con esto último verá mejorada su calidad de vida.

Por más trivial que parezca, la misión fundamental del Estado es perseguir el bienestar de la sociedad toda, no así, velar por los intereses de un grupo de presión. Una de las formas de alcanzar este objetivo es permitir el progreso, el cual se caracteriza por ser continuo e inevitable.

Así las cosas, ir en contra de Uber no significa solo oponerse a un nuevo producto, la verdadera idea posee una raíz increíblemente más profunda. Esta última implica transitar en sentido contrario al de la innovación, al del ingenio, al de la tecnología, a la mejora en la calidad de vida, lo que se resume en ir en contra del progreso mismo.

 
 

17 comentarios Dejá tu comentario

  1. Dado que Argentina desconoce lo que pasa en el mundo, pues la informacion de la prensa es nula, entonces no sigue la tendencia de la difusion tecnologica: Veamos el taxi argentino es al pasado lo que Uber es al futuro. Porque el futuro esta a la vuelta de la esquina. Y Uber es casi el pasado, a saber: En SINGAPORE (65000 USD$ POR HABITANTE POR AÑO) el servicio de taxis drone. Usted llama al drone, el sistema localiza al mas proximo, lo dirige hacia donde usted se encuentra, usted se sube al taxi-drone paga con la Visa etc.. e indica por consola hacia donde se dirige. Inicia el viaje. No existe ningun "tachero sabelotodo" que le da las noticias y su experta opinion de la politica y todo el cuento porteño. Termina el viaje se baja del drone. El drone queda en esa posicion hasta que es requerido por otro pasajero. Eso si: no existe ningun Viviani y la parafernaria burocracia sindical, porque no hay conductor. Ahhhh que esto es el recontrafuturo , entonces si usted quiere ir al Montjui en Barcelona se toma un subte que es totalmente automatico, absolutamente sin "Metrodelegados". Algo para mi molino la rtecnologia del drone de Singapure es totalmente italiana.

  2. Son servicios diferentes y difíciles de comparar. Creo que la nota se queda corta en un punto: Si bien el Estado debe perseguir el bien del ciudadano (hasta ahí ninguna duda), en cuanto la conveniencia de precio de los "uberizados" ponga en jaque al sistema tradicional de taxis se van a producir algunos efectos indeseables para estos ciudadanos: 1- Falta de servicio. Los taxis tienen obligación de circular en determinados horarios (cada uno en un "turno" diferente), sea o no rentable. Al igual que en el colectivo, se prioriza que aún en momentos de poca demanda esté garantizado el servicio porque es un "servicio público". Claramente es un costo, porque invierten horas de trabajo y combustible en momentos de baja demanda ¿Se les va a exigir a los "uberizados" este cumplimiento? 2- Los taxis tienen gastos de canon, licencia, seguro para terceros transportados, etc que los "uberizados" no tienen. ¿Se le va a permitir a los taxistas el no-pago de estos costos? Digamos: Si hoy, en un solo día, desaparecieran los taxis, por un lado pagaríamos menos (por lo menos hasta que uber se "avive" y ajuste el precio de su servicio); pero por el otro perderíamos la cobertura del seguro, disponibilidad, etc. No está necesariamente mal, pero no es que el único tema a analizar sea el precio.

  3. El tema tiene infinitas variables, y si agregamos otras ciudades, otras provincias, otros servicios puntuales como terminales de transporte, y planteamos las calidades de diversa índole, la discusión es muy amplia. Hay lugares muy bien atendidos por taxis y otros muy abandonados por este recurso, incluso horarios en donde no se atiende el servicio hasta por razones de seguridad.

  4. En Londres, tenes 1- Taxis tradicionales, algunos utilizan su propia App llamada GETT 2- Remises que no peden levantar gente en la calle. Hay empresas con un auto, unos pocos y muy grandes como Adison Lee que tiene 4000 vehiculos 3- UBER Todas coexisten.

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