De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la droga es toda sustancia que, al ser introducida en el organismo sin importar la vía utilizada, realiza una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central, alterando su conciencia, su ánimo o su juicio del pensamiento. Además, una droga es capaz de crear dependencia, ya sea psicológica o física, y su abuso tiene resultados negativos para el cuerpo.

Bajo esta denominación están todas las sustancias psicoactivas, tanto las legales (como las bebidas alcohólicas, el tabaco y los fármacos hipnosedantes) como ilegales por las convenciones y tratados (marihuana, cocaína, anfetaminas y heroína, entre otras).

Uno de los resultados de estas resoluciones ha sido el inicio de un exorbitante negocio que se basa en el control del mercado negro establecido a partir de las restricciones impuestas, que ha dado lugar al surgimiento de millonarias organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes.

La adicción a las drogas mezclado con la ambición por maximizar ganancias es una combinación peligrosa para una sociedad que sostenidamente ha visto crecer durante las últimas cinco décadas, el consumo de estupefacientes y ha padecido las consecuencias que esta expansión trajo.

Este desmedido crecimiento tiene responsables. Y las políticas antinarcóticos dispuestas por los Estados Unidos para regular ese mercado ilegal no son ajenas. A fines de los setenta, 36 millones de estadounidenses consumían la cocaína que producían los cárteles colombianos de Cali y Medellín. Diez años después, la DEA (Drug Enforcement Administration), junto al Comando Sur del Ejército norteamericano, impulsó la ofensiva final oponiéndose a esos cárteles con el objetivo de inspeccionar la oferta y regular los recursos económicos producidos por la venta de droga a los consumidores propios, además del derivado de la exportación hacia Europa.

La Argentina se convirtió en un país modelo para mandar cocaína hacia Europa. Así nacieron las primeras organizaciones de narcos locales que democratizaron el consumo.

La Argentina tuvo de todo: la época legal hasta los años veinte, la etapa de seudocontrol hasta los sesenta, la persecución al consumidor hasta fines de los ochenta y la llegada de los cárteles a partir de los noventa.

En el marco de la apertura de la 2da Conferencia Anual del Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas (COPOLAD), Roberto Moro, titular de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), alertó sobre la grave situación que vive la Argentina en base a el consumo de drogas.

"La Argentina debe tener, de una vez por todas, una política de Estado sobre el consumo de drogas que perdure en el tiempo para brindar una continuidad jurídica sobre la problemática", indicó Moro y destacó la necesidad de "planificar, evaluar y monitorear de modo que los resultados sean los que la comunidad necesita".

La situación del país es grave y urgente porque hoy está en el peor tiempo de consumo de drogas de nuestra historia. En este sentido, resaltó la importancia de trabajar con los ministerios de Desarrollo Social, de Seguridad y de Salud".

Según información de la Sedronar publicados este año, hubo 14.536 muertes en Argentina relacionadas con el consumo de drogas en la población de 15 a 64 años en el 2014. Esto significa una tasa bruta de mortalidad de 53,2 cada 100.000 habitantes, para el mismo período.

El titular de la Sedronar explicó que el Estado no tiene estadísticas oficiales sobre el consumo de estupefacientes y agregó que presentará un informe que manifiesta que el consumo de marihuana es el que más creció.

Según un informe de 2016 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el consumo de marihuana se duplicó entre 2004 y 2011 en Argentina.

El gobierno declaró a fines de 2016 la Emergencia Nacional en materia de adicciones hasta el 31/12/2018, cuyo objetivo es la prevención, el tratamiento y la inclusión social. Sin embargo, la Iglesia se presentó en febrero en el Congreso para reclamar que la ley de emergencia en adicciones se extienda por 5 años, ya que creen que el período establecido de 2 años es corto para lograr implementar un programa de prevención y asistencia.

El ministerio de Seguridad de la Nación realizó un relevamiento de la introducción de la droga, su consumo, importación y exportación. A pesar de que no hay informes de la gestión anterior, las cifras preliminares muestran un problema serio.

Según datos oficiales por parte del ministerio de seguridad se indicó que las ganancias, por parte del narcotráfico, ascendieron a mil millones de dólares anuales.

Desde el inicio de su campaña, el actual presidente, Mauricio Macri, puso el tráfico y el consumo de drogas como como uno de los principales problemas de su política de estado.

Según la cartera que tutela la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, entre 2011 y 2014 se confiscaron alrededor de 11.000 kg de cocaína en operativos, de los cuales el 75% fueron en la frontera con Bolivia, este punto es identificado precisamente como la puerta de entrada principal de drogas al país.

A su vez, afirma que la cocaína llega a los puertos y aeropuertos nacionales, para luego ser enviada hacia Europa.

Argentina es el tercer exportador de cocaína del mundo y Ezeiza es el segundo aeropuerto a nivel mundial seguido del de Sao Paulo. Aunque destaca que parte de la mercadería queda en el país por el aumento del consumo y la demanda.

Un problema con el que se encontró Bullrich fue que la gestión anterior no sistematizo informes sobre consumo o confiscación de drogas. A pesar de ello, la ministra pudo demostrar que entre los años 2011 y 2015 aumento 2 mil veces la incautación de drogas de diseño, a esto hay que sumarle los 24 laboratorios que se descubren cada año.

En el caso de la marihuana, importada principalmente por Paraguay, en el año 1024, fue incautada por un peso de 140 toneladas.

Según la PROCELAC (Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos) se estima que entre el 2011 y el 2016 se detectaron maniobras por lavado de dinero narco por un valor de almenos 4 mil millones de dólares.

Esta exagerada cifra viene por parte de un cortejo de decenas de causas judiciales, en la que tomaron en cuenta cada embargo de cada acusado, los movimientos financieros y todos los bienes que se le incautaron.

Las organizaciones narco lavan dinero por un vamor aproximado de 4 billones de dolares a nivel mundial lo que equivale al 5% del PBI mundial.