Uno de los grandes errores que trajo aparejada la famosa “grieta” es el corrimiento del eje de todas las discusiones. Ahora no se miden las cuestiones desde la ética y la moral, ni siquiera desde lo legal o lo ilegal. Todo se mira desde el cristal de la ideología política.
Es un grave error, porque los desaciertos van más allá de quién los proclama. Lo demostraron hoy dos conocidos referentes del macrismo y el kirchnerismo.
El primero de ellos fue el diputado oficialista Pablo Tonelli, quien expresó este lunes que con el nuevo cálculo para el ajuste de los haberes previsionales los jubilados "están perdiendo plata pero no poder adquisitivo".
Con esa explicación el legislador de la alianza Cambiemos defendió la nueva fórmula de actualización de las jubilaciones que impulsa el Gobierno y que ya cuenta con media sanción del Senado. Cualquiera que conozca la situación de los pasivos argentinos podrá refutar fácilmente esa frase desacertada.
Pero no hace falta ser macrista para decir barbaridades. El siempre polémico exsecretario de Comercio del kirchnerismo, Guillermo Moreno, dijo hoy que "si Macri no termina el Gobierno, los jubilados se van a beneficiar".
A la hora de explicar tamaña torpeza el exfuncionario dijo que en caso de que Macri deje el gobierno “habrá una crisis fenomenal”, y en ese caso, advirtió, “nada mejor que indexen por inflación a los haberes jubilatorios, porque eso inmediatamente lo tenés registrado todos los meses. Entonces, todo depende del escenario que tengas el año que viene”.
Dos cabezas frescas, Moreno y Tonelli. Dos caras de la misma moneda.