Ficha Técnica / Artística:
Título original: I.D.I.O.T.A
Dramaturgia: Jordi Casanovas.
Adaptación y Dirección: Daniel Veronese – Género: Comedia.
Reparto: Luis Machín, María José Gabin.
Asistente de Dirección y Stage Manager: Gonzalo Martínez.
Productor General: Sebastián Blutrach.
Escenografía: Jorge Ferrari – Vestuario: Daniela Dearti.
Iluminación: Marcelo Cuervo – Prensa y RR.PP.: SMW Asesores de Prensa.
Fotografía: Alejandra López – Op. Video y sonido: Mariano Luna.
Teatro: Picadero. Pasaje Enrique S. Discépolo 1857, a metros de Calle Corrientes / CABA – Costo localidades: desde $ 350 – País: Argentina.
Año: 2017 – Duración: 80 min. – Funciones: jueves a domingos 20.30 hs.
El dramaturgo catalán Jordi Casanovas desembarca en el teatro Picadero con una comedia negra de autor: I.D.I.O.T.A. Estrenada en 2014 en España, la obra relaciona crisis económica-social, con el control y vigilancia de los ciudadanos por parte de los Estados. ¿Hasta dónde es posible soportar para ganar dinero y salir de los problemas? Las dificultades generan nuevas oportunidades, nuevas búsquedas y una constante universal: el sistema panóptico de control que asedia como fin del nuevo orden social y político. Una comedia sobre los límites de la razón, la tolerancia y los sistemas democráticos de custodia en discusión.
Argumento. Carlos Varela (Luis Machín) se presenta a una entrevista laboral. Debe sortear innumerables pruebas psicológicas y de entendimiento. Lo que él piensa que será una manera fácil y sencilla de conseguir dinero – que necesita para resolver sus problemas económicos – se convertirá en una auténtica pesadilla de la mano de una atractiva psicóloga (María José Gabin), quien, a través de preguntas y enigmas, le obligarán a dar lo mejor de su intelecto si desea no sucumbir en el intento.
I.D.I.O.T.A. es una sigla y también una calificación. Es un acrónimo. En este caso es el título de una obra de teatro y la referencia al individuo tonto y poco inteligente. La pieza nos mira de reojo y pide que ponernos en el lugar de ese reconocible personaje y su circunstancia. El objetivo de la obra es saber qué deben hacer los ciudadanos para dejar de ser considerados idiotas. Son esas acciones que lo corporizan de cuerpo entero y estigmatizan como un ser vacío e improductivo. La obra – fiel estilo del catalán Jordi – se presenta cerrada y sin posibilidades de intervenciones exóticas.
Con la adaptación y dirección de Daniel Veronese – quien logra desde la puesta en escena – la atmósfera de experimentación en un test que en definitiva es de opinión pública. Dos sillones y paredes con pasadizos secretos, despuntan los avances tecnocientíficos para recabar información sobre el control moral de los ciudadanos. Bajo la fachada de una fundación y la inocua reclutadora de recursos humanos, lo jugado se presenta con éxito en la construcción del verosímil. ¿Experimentación sobre tolerancia al dolor corporal y psicológico? ¿Cuáles son los límites de un “busca” que desea zafar de su mediocridad a cualquier precio? ¿Las miserias humanas al descubierto? Cuestiones que se irán develando con el correr del thriller psicológico al mejor estilo del inolvidable Rod Serling, en su “Dimensión Desconocida” (The Twilight Zone).
El filósofo inglés Jeremy Bentham (1748 -1832), padre del utilitarismo, acuñó los vocablos “Deontología” y “Panóptico”. Ambas son obras literarias de enorme influencia en el mundo del trabajo moderno. Es la sociedad panóptica lo que se juega en el espacio escénico como hecho creativo. El panóptico es el control social y moral de los ciudadanos; la vigilancia y el dominio sin percepción de ese dispositivo de control. Aquí y ahora, hay millones de cámaras, satélites y diversos sistemas de espionajes, erigidos como normal práctica de los Estados Modernos. Sin importar ideologías, tanto regímenes socialistas democráticos, comunofascistas, capitalistas, liberales, todos son objetos de vigilancia y control del poder político.
Los protagónicos de Luis Machín y María José Gabin cumplen con creces el rol de la puesta. Machín, camina y se ubica en el espacio escénico con gran expertez y consistencia. Pasa del drama a la comedia indubitable. Imprimen ambos una dinámica sin respiro. Casi no hay fuera de campo escénico. El poder declamativo, la construcción gestual aporta a la resolución e impacto de la comedia. Su personaje es un montaje del ser “sanatero”, verborrágico sin fin. Hace la gran Fidel Pintos, y la platea de parabienes. Es un espécimen que se cree inteligente, superador, pero las evidencias lo retratan como un “boludo”. Al tiempo que Gabin, recorre como partenaire una aceitada empatía que trasciende el cuadro. Un vestuario impecable, más sonidos y efectos especiales, asocian y potencian al drama en curso.
La escenoplástica (diseño del espacio escénico integrando los objetos visuales) de Jorge Ferrari, es ponderable. Una narración espacial inteligente que mete al público en el juego del teatro: drama, comedia y el tamiz del thriller que no da respiro. Casanovas nos regala una moraleja que interpela: ¿Son las crisis sin fin de las sociedades modernas objetos de sus propios estudios? ¿O es a partir de las necesidades económicas-sociales de sus individuos, las que disparan los estudios de opinión pública independientes del hecho primordial?
La prosa borderline del Réggiseur Daniel Veronese. ¿Son las crisis sin fin de las sociedades modernas objetos de sus propios estudios? Es la sociedad panóptica lo que se juega en el espacio escénico como hecho creativo.
Gustavo Contarelli
Puntaje de la obra de teatro: 4 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Luis Machín 5 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente /imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta / buena
2 Tribunas: regular
1 Tribunas: mala /pésima
He visto la obra. Como dice el periodista de TdP es para recomendar. Como siempre muy didácticos y profesionales los artículos de esta sección.
muy interesante. es una pena que no sea una peli. no podre verlo saludos