Este martes, el papa Francisco expresó hoy su "dolor y vergüenza" por los abusos a menores de parte de curas y pidió "que no se vuelva a repetir el daño irreparable" que provocaron miembros de la Iglesia a niños de ese país, en las primeras palabras sobre casos de pedofilia en el país trasandino que brinda desde que asumió como Obispo de Roma.
"Aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", planteó el pontífice en el primer discurso de su gira, en el Palacio de la Moneda, ante la presidenta Michelle Bachelet y el mandatario electo Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.
El Papa aseguró sobre los abusos a menores denunciados en Chile: "Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", tras lo cual fue aplaudido por las 700 personas que lo escuchaban.
Lo curioso es que el sumo pontífice se ha quedado en el mero comentario, de la boca para afuera, ya que la mayoría de los religiosos acusados de abuso sexual contra niños siguen en sus cargos como si nada, sobre todo en Chile (¿Quién no recuerda el Caso Karadima?).
“No nos conforma para nada lo que dijo. Acá hay obispos abusadores y encubridores de abusos sexuales”, afirmó uno de los chilenos que escuchó las palabras de Francisco y que se manifiesta en su contra.
En Mendoza ocurre el caso del cura Urrutigoity, también protegido por la Iglesia, es uno de los tantos hechos que dejan al Papa en ridículo. Hay mucho más.