Todo empezó con un intercambio de palabras relacionado con el suicidio de Mark Salling.
El actor de Glee se había declarado culpable de posesión de pornografía infantil después de que encontrasen alrededor de 50.000 archivos de este tipo en su computadora.
En las clases del coro, Salling interpretaba a Puck, el atractivo deportista que intentaba triunfar en la música.
Llevaba una cresta y tenía sexo todo lo que se meneaba, incluyendo amas de casa aburridas, a las que limpiaba la piscina exhibiendo pectorales.
Como sea, a partir de ello, el periodista Ernesto Tenembaum dejó una polémica declaración en su programa de radio, asegurando que el hecho de que “la pornografía infantil es una fantasía” no hace que “el tipo sea un pedófilo”.
Para no queden dudas al respecto, insistió: “Es una fantasía espantosa pero el tipo no cometió ningún delito, no le hizo mal a nadie”.
Sus propios colegas intentaron hacerlo reflexionar: “Estás tirando una carrera en cinco minutos”, le dijeron. No obstante, Tenembaum insistió: “No sé cuál es el delito”.
La locutora de su programa se lo explicó claramente: “Es un delito consumir pornografía infantil porque son niños que los están haciendo tener sexo”.