Antes del fin de semana largo, la Fábrica Militar de Río Tercero despidió 59 empleados, su director llamó a Gendarmería para reprimir un conflicto de los trabajadores que nunca existió pues todos se portaron pacíficamente y los políticos locales y nacionales se borraron sin acudir a la marcha en paz por sus fuentes de trabajo a la que llamaron los trabajadores.
Hasta el ATE, gremio que los nuclea, amagó con episodios de violencia en la que no entraron el personal de FM. Como si hubiera una connivencia de ATE con el director del establecimiento para generar episodios que nadie quería que ocurrieran.
Las 300 hectáreas en que está emplazada FM no son del Estado, es un antiguo préstamo de una familia de apellido Marín, que concedió el lugar sólo con la finalidad que hubiera en el lugar un emprendimiento para uso militar.
Ahora esa familia pide la devolución de una parte del terreno que no se utiliza para hacer loteos y dejar el predio más pequeño.
Hubo gestiones con el Ministro de Defensa, el cordobés de origen radical Oscar Aguad para darle al lugar nuevos usos y evitar los despidos del personal, pero Aguad nunca respondió las propuestas.
Si se desmantelara definitivamente esa FM sería casi la hecatombe de Río Tercero. Mientras tanto cierran locales por la crisis económica y de no tomarse medidas urgentes la otrora próspera ciudad se convertiría en uno de esos pueblos fantasmas que tanto abundan desde aquella sentencia de muerte de Carlos Menem tras una huelga ferroviaria hace casi 30 años, cuando dijo “ramal que para, ramal que cierra”.
Ni el gobernador Schiaretti, ni el lanzado candidato a presidente 2019 Juan Manuel De la Sota, ni los políticos locales hicieron algo para evitar el posible cierre definitivo del establecimiento.
Al ministro Aguad le acercaron proyectos de reconversión del lugar y a todos le dio un no rotundo.
Los trabajadores querían saber la nómina de despidos y los amenazó con que daría el listado si desalojaban la fábrica. Fue el colmo del absurdo, el sitio no estaba tomado sino que los trabajadores estaban en horario de trabajo.
Afuera le preguntaron a un jefe de Gendarmería el porqué de ese emplazamiento amenazante de los uniformados. Uno de ellos respondió que obedecían órdenes de reprimir incidentes que nadie producía.
A kilómetros nomás de un Río Tercero que parece morir por segunda vez, existe lo que se da en llamar el Beverly Hills (la zona de ricos y famosos de Hollywood) cordobés.
¿La crisis de la FM es para tapar el origen de ese sitio paradisíacos enclavado a pocos kilómetros de la empobrecida ciudad con su FM yendo al colapso?
Ahí entran en escena los cuadernos Gloria del arrepentido Centeno tal como publicó La Voz del Interior en el siguiente artículo donde se conjuga la sociedad infausta entre políticos cordobeses y la corrupción kirchnerista.
Mirá la nota y sacá tus propias conclusiones. Pronto volveremos con otros antecedentes siniestros de lo que damos en llamar la segunda muerte de Río Tercero.