Ayer aconteció en el barrio porteño de Saavedra un hecho que conmocionó y sobre todo a los vecinos, en el cual, como saben hacer los medios de información vernáculos, trataron a un comerciante de victima sin tener siquiera la sutilidad de consultar fuentes y chequear la información que se brinda.
En el centro comercial ubicado en la avenida Balbín, el comerciante Iván Orduña maneja un local de tecnología llamado Orduña Online, el cual fue asaltado y supuestamente se le extrajo mercadería por un valor aproximado de 500 mil pesos.
Hasta ahí la información que brindó el periodismo es certera, pero hay mucho más detrás de esa cortina, y nadie tuvo como mínimo la intención de revisar aunque sea los frondosos prontuarios de este “empresario”.
De haber sido así, se hubiese mencionado que Orduña tiene en su haber dos causas penales por poseer mercadería robada, dicho sea de paso, en una ocasión cayó preso junto a un ex socio, a quienes fue a buscar la brigada por tener en su poder varias computadoras que le habían sustraído a gente de la embajada de Italia.
También, una de las cosas que menciona el comerciante es que corrió 10 cuadras para un lado y otras 10 para el otro y que no encontró ningún policía ¿Acaso no habría alguna filmación en donde aparezca corriendo siendo Balbín una avenida plagada de cámaras?
Es dable destacar que Orduña tuvo contradicciones en el relato que manifestó al canal C5N, por ejemplo, en un momento habla de un robo anterior, en el cual menciona a su mujer embarazada y cuenta que localizó a los delincuentes mediante el rastreo de un celular y que se fue a buscar a aquellos que le habían hurtado la mercadería estando solo, aunque después menciona que llamó a unos amigos y fueron todos juntos.
También, en el relato del último asalto, empieza mencionando que nuevamente tenía activo el GPS y que localizó a los delincuentes en Barrio Mitre, e incluso mencionó que se quedaron en una casa toda la noche y al decirle a la policía que los iba a ir a buscar le peticionaron que no vaya e hizo caso a ese respecto, sin embargo, más adelante menciona que el GPS se movió y el celular se encontraba en otra dirección, a la cual acudió.
Pero hay más detrás de esta enroscada trama, según pudo saber Tribuna de Periodistas mediante fuentes inobjetables, lo acontecido no fue un hecho al azar, Iván Orduña conocía perfectamente quienes eran los delincuentes ya que son, casualmente, aquellos a quienes le compra mercadería robada para poder vender.
Además se logró advertir que lo ocurrido se dio en el marco de un ajuste de cuentas que los agresores de Barrio Mitre resolvieron de la manera mencionada.
Como dice un viejo refrán: “Ladrón que roba a ladrón, tiene 100 años de perdón”.
Estamos en claro que en la ANOMIA en la que TODAVIA sigue viviendo el país hay margen para este tipo de hechos. EL DELITO es descripto como "un trabajo". De allì la desnaturalizaciòn de muchas actividades. Esta ausencia de BARRERAS ETICAS, que permitan discernir lo que está bien de lo que está mal, tambièn se traslada al delito y bien lo pueden decir EMPRESARIOS como Roggio,Pescarmonas,Rocca entre otros, que como decìa la Senadora Cristina Fernández "Esto no empezó en el 2003", Dando por sentado que SABIA que la cartelizacion como las maniobras delictivas entre funcionarios del Estado y empresarios VENIA DE ANTES, no comprendiose como habiendo sido ELLA LEGISLADORA PROVINCIAL DESDE 1989 Y LUEGO NACIONAL, ininterrumpidamente, NO EFECTUÓ LAS DENUNCIAS CORRESPONDIENTES.Ella por su investidura no puede decir "¡TODOS LO SABIAN!". Esta ACTITUD FRENTE A LA CORRUPCION-DELITO es una constante en todos los estratos de la sociedad. Es por ello que resulta auspicioso, que la JUSTICIA, recupere el ROL REPUBLICANO que SIEMPRE DEBERIA HABER TENIDO. Por empezar, SERIA DE EXCEPCCION QUE LA CORTE SUPREMA SE EXPIDA SOBRE LAS CONDENAS PENDIENTES DEL "senador" Menem.