La producción automotriz es el reflejo más cabal del derrumbe de la economía argentina. También es el espejo de lo que vendrá, recesión mediante.
Es que, esa industria registró en septiembre una fuerte caída del 20,6% con relación a igual período de 2017, la más alta del año, y las ventas mayoristas se desplomaron más del 44% en la misma comparación.
Según ADEFA, la cámara que reúne a las terminales locales, en septiembre, la producción nacional de vehículos fue de 37.267 unidades, un 24,5% menos respecto de agosto anterior y 20,6% por debajo del desempeño del mismo mes del año pasado.
En tal sentido, entre enero y septiembre, el acumulado de producción fue de 370.707 unidades, es decir un 5,6% más respecto de los 351.046 vehículos que se fabricaron en el mismo período del año anterior.
El sector exportó 23.336 vehículos, es decir, un 16,9% menos respecto de agosto, y registró un crecimiento de 13,5% respecto del volumen de septiembre de 2017.
En el acumulado de los primeros nueve meses, el sector exportó 198.337 vehículos, lo que arrojó un crecimiento de 31,3% respecto de las 151.087 unidades que se enviaron a diversos mercados en el mismo período del año pasado.
En ventas mayoristas, el sector comercializó a la red de concesionarios 42.628 unidades, volumen que se ubicó 18,4% por debajo del registro del mes anterior, y 44,1% menos en su comparación con el desempeño de septiembre del año pasado.
Con un total de 563.096 vehículos comercializados entre enero y septiembre, el sector registró una baja interanual de 12,1% en lo que respecta a ventas totales.
El titular de ADEFA, Luis Fernando Peláez Gamboa, atribuyó el fuerte impacto que registra el mercado doméstico a la corrección macroeconómica.