La Cámara Federal de Casación Penal resolvió rechazar planteos de dos de los personajes más importantes en la causa conocida como “La Rosadita”. La Sala IV no hizo lugar a una propuesta de Lázaro Báez y la II en el caso de la senadora Cristina Fernández.
A Lázaro, al comienzo de la audiencia, se lo pudo observar sonriente, relajado, saludando a cada uno de sus hijos como en cualquier reunión familiar, ¿La razón? Rápidamente se dio a conocer que el fiscal que lo acusaba era el kirchnerista Abel Darío Córdoba, designado por la polémica otrora Procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó en la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin).
La pretensión del empresario refería a la utilización de un motor de medidas de presunto valor probatorio que fueron rechazadas por el Tribunal Oral Federal Nº4.
¿De qué se lo acusa explícitamente a Báez?
Está acusado por lavado de dinero y la utilización de facturas apócrifas con el objetivo de fundamentar gastos millonarios.
Incluso, se lo acusa de “haber conformado una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y/o poner en el mercado fondos de procedencia ilícita”.
El caso de la ex presidenta Cristina Fernández, la propuesta es un poco más irrisorio: los abogados de la senadora nacional plantearon la remoción de los jueces Martín Irurzun y Mario Llorens en el expediente de marras.
El abogado defensor de la líder de Unidad Ciudadana, Carlos Beraldi, argumentó su petición mencionando que sendos jueces se excedieron en sus funciones al citar a indagatoria a la otrora jefa de Estado en dicha causa.
La Sala IV, integrada por el Juez Gustavo Hornos, fundamentó que Beraldi no presentó alguna razón, cuanto menos seria, que vaya de la mano con las normas que habilitan el apartamiento de magistrados.
Tanto a Báez como Fernández les salió el tiro por la culata, sin embargo seguirán insistiendo. El empresario, que permaneció dos años callado fiel a su jefa, ha empezado a hablar y prendió el ventilador como nunca antes, y la senadora, cínica, hipócrita, falaz; seguirá insistiendo en su inocencia y en el hecho de que sus millones provienen de su ejercicio como “abogada exitosa”.