“En el caso de la Recoleta y del juez Claudio Bonadío son atentados que tienen absoluta conexidad por ser personas del mismo tipo de orientación, anarquista todos, todos viviendo en el mismo lugar, y ya son 13 los detenidos producto de haber encontrado material para realizar explosiones”. Estas fueron textuales palabras con las que se desayunó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Sin embargo, los hechos no concuerdan y tienen más disidencias que similitudes, la idea que quiere instalar la flamante ministra no cierra por ningún lado.
En primer lugar hay que destacar que ambos explosivos denotaban una formación completamente distinta, el que iba dirigido al magistrado poseía facultades de superior delicadeza al detonado en el cementerio.
De hecho, el daño que hizo el explosivo en Recoleta era el mismo que podría hacer un fuego artificial (fabricado con polvora, una mecha y un caño), el que apareció en la casa de Bonadío era bastante más poderoso (con una imagen más sofisticada, con tubos y cables).
Existe una cuestión importante que la misma historia argentina ha sabido demostrar y es el hecho de la reivindicación, los grupos que cometen más de un golpe lo hacen utilizando el mismo artefacto, ello, con el propósito de jactarse de ser los autores de ambos atentados.
En ese contexto, con observar la fotografía de los elementos que poseían los detenidos en la casa usurpada en el barrio de San Cristóbal, se puede comprobar que los ingredientes que allí aparecen son únicamente los utilizados para realizar el primer atentado, aunque nada aparece respecto del segundo.
Entre las cosas halladas en el lugar de los allanamientos se encontró un manual que explica pormenorizadamente cómo armar una bomba ¿No es acaso, cuanto menos, curioso que el explosivo utilizado tiempo después sea completamente distinto?
Incluso, de seguir con la pata de la historia oficial, la agresión en el cementerio tiene una lógica, siendo que se dio en el marco del aniversario del nacimiento de Ramón Falcón, co-fundador de la Policía Federal Argentina y responsable de la muerte de decenas de anarquistas durante su ejercicio, en ese sentido ¿Qué argumento tendría el ataque en la casa del juez federal? presumiendo que el fiscal Stornelli tiene razón, estaría vinculado a la causa de los cuadernos de la corrupción del kirchnerismo, es decir, no hay vínculo alguno entre sendos atentados, ni siquiera utilizando como base la historia oficial.
Es claro, no hay ningún fundamento elocuente que logre asociar un hecho con el otro, es irracional que se trate de conexionar los ataques, todo absurdo, todo raro.
No le salió bien con el RAM (RIN para Carrió) y ahora tienen a los anarquistas, manos de obra de la AFI para la cortina de humo que necesitan. Que se puede esperar de la borracha Bullrrich, y lo digo después de ver el reportaje que le hicieron en Río IV, se le notaban bastante las copas que se había tomado en la cena.