Los ataques directos y subrepticios al periodismo independiente, las
agresiones verbales y el desprecio hacia la actividad profesional, no han cesado
en los últimos cinco meses en nuestro país.
En estos embates
preocupantes en un estado de derecho, el diario La Nación, como antes lo
fue su subdirector, ahora alejado del cargo el Dr. Claudio Escribano, fue
nuevamente centro de la confrontación a la que recurre sistemáticamente el
presidente Néstor Kirchner para descalificar a los medios independientes, por
el solo hecho de mantener una información amplia, completa y objetiva sobre
temas de interés general.
La
institucionalidad de la República se ve seriamente amenazada por el creciente
poder presidencial, y la obcecada intención de imponer siempre su voluntad en
todos los sectores del estado, vulnerando incluso la división de poderes.
“Inaceptable” fue la respuesta que recibió José Miguel Vivanco, director
ejecutivo de la organización Human Rights Watch, al sumarse a las críticas
contra el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, que finalmente fue
aprobado afectando la independencia y equilibrio de los integrantes políticos y
profesionales del cuerpo que tiene a su cargo la designación y remoción de los
jueces.
Estos problemas
afectan y preocupan en particular a la prensa libre, cuyo ejercicio sigue
sometido a una lenta recuperación de su independencia económica, con el
agravante de estar sometida a la descalificación y agravios del Presidente
junto con la discriminación en la distribución de la publicidad oficial. No se
ha implementado una legislación que garantice procedimientos justos y
transparentes y aseguren la imparcialidad en el uso de los fondos públicos
destinados a la difusión de los actos de gobierno, reclamados permanentemente
por las entidades periodísticas argentinas.
Un informe reciente
elaborado por las entidades Iniciativa Pro Justicia (Open Society Justice
Iniciative) y la Asociación de Derechos Civiles (ADC) aborda los problemas que
pueden comprometer a la libertad de expresión en nuestro continente, como lo es
la caprichosa distribución selectiva de los avisos oficiales entre los medios
de comunicación. Este análisis, publicado en el libro Censura Sutil, describe
las formas indirectas de presión que afectan el desenvolvimiento editorial de
los medios de prensa.
Pero no siempre el
censor gubernamental es encubierto. También actúa abiertamente levantando un
programa de radio, conducido por el periodista José Eliaschev hasta diciembre
último por la emisora estatal Radio Nacional, y en cual criticaba algunos actos
de gobierno.
Esta posición del
gobierno nacional repercute en otros ámbitos gubernamentales consecuentes con
el poder central, tal el proyecto del gobernador de Tucumán, José Alperovich,
que promueve un peligroso “derecho de réplica”, para ser incorporado en la
modificación de la Constitución provincial. La Asociación de Diarios del
Interior de la República Argentina (ADIRA), expresó su preocupación por los
renovados intentos de interferir en el pleno ejercicio de la libertad de prensa.
Pretender la cesión
de espacios obligatorios en diario radios y TV y demás publicaciones por
supuestas críticas a funcionarios o particulares pone a los editores en la
disyuntiva de correr el riesgo de opinar o difundir “agravios”, como lo
califica el gobierno tucumano, o compartir páginas y minutos con la perorata
oficial.
Por otra parte, las
trabas gubernamentales al proyecto legislativo de Acceso a la Información Pública,
finalmente congelado por presiones de alto nivel, parecen confirmar este quiebre
en las relaciones entre el poder y la sociedad.
También el Poder
Judicial pretendió una censura previa cuando la fiscal interina de Instrucción
Nº 38 solicitó al director de la revista Veintitrés, informes y
precisiones acerca de la redacción de una nota, que todavía no se había
publicado.
Otro incidente
preocupante afectó al escritor y periodista argentino José Ignacio García
Hamilton, cuando se le prohibió el ingreso a Cuba el 18 de febrero del
corriente año. La Cancillería argentina pidió explicaciones y embajador en La
Habana se interesó en el problema. No se conoce todavía la contestación de la
Cancillería cubana, pero en oportunidad de una visita posterior a Cuba del
gobernador de la provincia de Santa Fe, Jorge Obeid, declaró a la agencia
oficial argentina Télam que el gobierno cubano procedió correctamente al no
permitir la entrada a la isla del Dr. García Hamilton por ser un opositor a
Fidel Castro y haber escrito el prólogo de un libro de un disidente.
En esta dificultosa
actividad profesional, periodistas del diario dominical Perfil, fueron
increpados y amenazados por personal apostado frente al domicilio que el
presidente de la Nación posee en Río Gallegos, capital de la provincia de
Santa Cruz, para que se alejen del lugar. Desde varios autos, personas
identificadas por la policía local y que se desempeñarían en medios periodísticos
locales, trataron de arrebatarles a los enviados el equipo fotográfico. Los
periodistas de editorial Perfil efectuaron la denuncia policial, que fue
derivada al Juzgado de Instrucción Nº 1 a cargo del juez Santiago Losada, por
agresión e impedir por la vía del hecho la actividad de los profesionales de
prensa en el ejercicio del derecho constitucional de informar.
La revista Noticias,
también de Editorial Perfil, fue blanco de los dardos presidenciales que la
calificó como enemiga del gobierno. Según una nota publicada por el periodista
Joaquín Morales Solá en el diario La Nación, el presidente Kirchner
expresó: “No tengo nada personal contra nadie, ni siquiera contra los
periodistas más críticos” y subrayó “que a veces sólo me
divierto”. “Sí, tengo una cuestión personal contra un periodista porque
siento que calumnia”. Mencionó al destinatario, pero Noticias aceptó que
el periodista que nombró el Presidente era su fundador, Jorge Fontevecchia.
Otros tres
periodistas fueron heridos a pedradas y perdieron sus equipos fotográficos y de
filmación, mientras cubrían un operativo antidroga en el barrio porteño de
Mataderos. Los afectados pertenecen a la agencia oficial Télam, a diario
Clarín y a Canal 9 de la Capital Federal.
Por su parte Germán
Pomar, del diario Norte de Resistencia, Chaco, fue herido cuando
efectuaba la cobertura periodística de un desalojo en Pueblo Vilelas, en esa
provincia argentina.
No sólo los medios o empresas periodísticas sobrellevan
dificultades con la libertad de informar sino también hasta los simples
ciudadanos. La señora Cecilia Pando de Mercado, autora de una carta del lector
publicada en el diario La Nación el año pasado en la que criticaba la decisión
del gobierno de separar de sus funciones a un obispo con sede en las Fuerzas
Armadas, padeció una censura a la libertad de expresión, y una clara
demostración de las presiones para silenciarla o castigarla por el solo hecho
de criticar al gobierno. Su esposo, militar de carrera y con una foja de
servicios brillante fue pasado a disponibilidad por ser co-responsable de los
dichos de su esposa. Durante un acto que se llevó a cabo en la sede
presidencial el 8 de marzo, y cuando el presidente Néstor Kirchner, se refería
al papel de la mujer en su día, expresó “que hoy la mujer argentina está
muy preparada, es muy inteligente y tiene un pensamiento absolutamente
independiente y dicen lo que piensan”. La autora de aquella carta interrumpió
al Presidente y le dijo: “Señor Presidente, yo no puedo decir lo mismo porque
mi marido se quedó sin trabajo por algo que yo dije”.
El gobierno de
Argentina ha aceptado participar en el canal oficial Telesur, empresa propagandística
del presidente venezolano Hugo Chávez, mientras que Uruguay solicitó que no se
le mencione como socio hasta que la iniciativa sea aprobada por el parlamento,
al que al Poder Ejecutivo de ese país envió el 10 de marzo el proyecto
respectivo.
Sociedad Interamericana de Prensa
Informe ante la Reunión de Medio Año. Quito, Ecuador
17 al 20 de marzo del 2006