El exministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró estar en desacuerdo en considerar a la energía como “un derecho humano” y aseguró que se trata de un bien escaso y, por ende, costoso.
“Ayer, un candidato a presidente dijo que la energía es un derecho humano. No estoy de acuerdo. A veces a los argentinos nos gusta la frase 'mentime que me gusta'. Hemos vivido con una realidad de que el servicio energético es gratuito", afirmó el exfuncionario en una entrevista con LN+, en la que también sostuvo que “el mayor derecho humano que se le puede dar a una persona es la posibilidad de tener trabajo”.
Las palabras de Aranguren contradicen a numerosas declaraciones de organismos de derechos humanos.
Las Naciones Unidas han reconocido a los derechos económicos, sociales y culturales (DESC) como derechos humanos, ya que hacen a la vida misma. Y que sin alimentación, vivienda, educación y salud, no existe dignidad para el ser humano y sus derechos están conculcados. En tal sentido, la energía eléctrica es la base de derechos básicos como alimentación adecuada, salud, vivienda digna y educación.
Según una resolición de la Asamblea General de Naciones Unidas, el acceso a servicios energéticos modernos y asequibles es esencial para lograr los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente.
Allí mismo se menciona la necesidad de mejorar el acceso a recursos y servicios energéticos para el desarrollo sostenible que sean fiables, de costo razonable, económicamente viables, socialmente aceptables y ecológicamente racionales.
En la Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes, por su lado, establece en su Art. 1º: «Todos los seres humanos y las comunidades tienen derecho a vivir en condiciones de dignidad. Este derecho humano fundamental comprende los siguientes derechos: Toda persona tiene derecho a un suministro eléctrico continuo y suficiente y al acceso gratuito a agua potable para satisfacer sus necesidades vitales básicas».
En la Declaración del Encuentro Internacional por el Derecho a la Energía (Mar del Plata, 11 de octubre del 2014) se declaró rotundamente: «La energía es un derecho humano, no una mercancía».