“Correrán ríos de sangre”, amenazó el abogado de Cristina Kirchner, Gregorio Dalbón, ante la posibilidad de que su clienta vaya presa. ¿Hay que escuchar la voz de la ex presidenta detrás del movimiento de los labios de su representante?
Es una amenaza que coincide con la que ella pronunció en cadena nacional: “Hay que temerle a Dios y un poquito a mí”. Por si quedara alguna duda de cuál es la intención que Cristina Kirchner oculta detrás de su silencio, el día siguiente a las amenazas Dalbón, el inefable Luis D’ Elía sentenció: “Los que se prestaron a meter presos a los compañeros, ni piedad. Esos van a ir a la cárcel, hijos de puta”. Y agregó: “Cuando volvamos… ¡con todo muchachos!”.
Muchos entendieron que estas declaraciones fueron exabruptos indeseados por “la Jefa” que, si bien reflejan su verdadero pensamiento, no debían hacerse públicos y que Dalbón y D’ Elía se fueron de boca. Sin embargo, la coincidencia en el tiempo y las formas, permite inferir que se trata de una estrategia tan antigua como la política: meter miedo.
El kirchnerismo quiere infundir terror. ¿A quiénes? A todos los factores del poder. A través de D’Elía, Cristina le hizo llegar el mensaje a los jueces y fiscales: “Hay que poner en disponibilidad a toda la justicia, empezando por la justicia federal”. También les habló a los periodistas cuando se refirió a “la expoliación de Clarín”.
Le juró venganza al sector del campo con la implementación de la “reforma agraria”. A los industriales les prometió hacer tronar el escarmiento con “la nacionalización del comercio exterior”. A los sectores bancario y financiero los amenazó con la “cooperativización de la banca”.
A las empresas de servicio, con “la estatización” y a todos ellos juntos los amenazó con la redacción de “una nueva constitución” a lo Chávez. Pero fundamentalmente, a través de Luis D’Elía, Cristina Kirchner le habló al resto del peronismo y le hizo saber que ella está “al lado de los compañeros que se la juegan todos los días, en las trincheras, no del lado de los arribistas que ahora te vienen a hablar de unidad y fueron forros del macrismo”.
Que les quede claro: ella sigue siendo la jefa y cuando vuelva desatará la ira de Dios contra los traidores que anidan dentro del PJ si no apoyan su candidatura. Hay que tomar muy seriamente las palabras de Dalbón y Elía quien, hace muy poco declaró: “A Macri habría que fusilarlo en la Plaza de Mayo delante de todo el pueblo”.
En primer lugar, habría que preguntarse: ¿A la sangre de quién se refiere el Dr. Dalbón? ¿A la de los periodistas que, como José Luis Cabezas, osaron posar su mirada en los oscuros negocios del peronismo?
¿A la de los fiscales como Nisman que denunciaron las relaciones del kirchnerismo con Irán? Seguramente no será la sangre de Dalbón ni la de su enemigo íntimo Horacio Verbitsky, a quien, siendo jefe de inteligencia de Montoneros ni siquiera lo despeinó la dictadura militar, mientras sus compañeros caían como moscas.
En este país la sangre que corrió siempre fue la de los otros, la de los perejiles. Nunca la de los jefes o las jefas. Tal vez sea oportuno recordar quienes llamaron a que corrieran “ríos de sangre” en el pasado. Recordemos algunos discursos de Juan Domingo Perón: “El día que se lancen a colgar, yo estaré del lado de los que cuelgan (…) Entregaré unos metros de piola a cada descamisado y veremos quién cuelga a quién”. “Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores”. “Hay que buscar a esos agentes y donde se encuentren colgarlos de un árbol”. “Si yo hubiese previsto lo que iba a pasar, hubiera fusilado al medio millón, o a un millón, si era necesario”. “Cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos!”
La consigna “cinco por uno, no va a quedar ninguno” fue coreada por peronistas de derecha para asesinar a los peronistas de izquierda, los peronistas de izquierda para asesinar a los peronistas de derecha y los peronistas de izquierda y de derecha para perseguir a los “gorilas” en general.
El golpe militar del 4 de julio de 1943, cuyo cerebro fue el coronel Perón, produjo, sólo ese día, 30 muertos, más de 100 heridos y fueron encarcelados dirigentes y militantes de agrupaciones de izquierda, sindicalistas y sectores antifascistas y pro-aliados.
Un mes antes del golpe, se fundó la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación de extrema derecha, temible por sus acciones violentas. Resulta elocuente revisar algunos de los ilustres nombres que integraron las filas de esta agrupación filonazi: Jorge Masetti, Rodolfo Walsh y Guillermo Patricio Kelly. Este crisol variado demuestra que la violencia se impone a la ideología.
Massetti pasó de ser un católico violento de derecha, a ser un ateo violento de izquierda cuando fundó el Ejército Guerrillero del Pueblo, uno de los primeros grupos armados guevaristas del país. Rodolfo Walsh fue un antiperonista furioso y terminó integrando el brazo armado del peronismo furioso: Montoneros.
Ya bajo el control de Perón, los miembros de la ALN recibieron instrucción militar de criminales de guerra como Gorg Vrantich y Ante Pavelic, líderes croatas nazis responsables del asesinato en masa de 700 mil personas.
La ALN fue la semilla de Tacuara, creada en 1954. Sólo en 1963 Tacuara cometió 43 atentados terroristas. Tacuara se alió con la Liga Árabe para hostigar a Israel. Sus militantes cantaban “Mueran los judíos” y “Nasser y Perón, un solo corazón”. Para comprender el asesinato de Nisman hay que conocer la historia de aquella alianza actualizada hoy con el kirchnerismo.
Tacuara, a su vez, dio origen a dos movimientos en apariencia antagónicos: Montoneros y la Triple A, a través del nexo secreto del Batallón 601 del Ejército. Casi todos los miembros de Tacuara pasaron a integrar las filas de Montoneros o las de las agrupaciones parapoliciales de derecha que lo combatieron.
Y muchos de ellos, de ambos bandos, se convirtieron en colaboradores directos de los servicios de de la dictadura.
“No hemos conducido nunca el movimiento en una forma rígida ni ajustada. Yo permito todo en el movimiento. Tenemos hombres de extrema derecha y tenemos hombres de extrema izquierda”. Esta frase de Perón explica la de Dalbón: “Correrán ríos de sangre”. De los otros, claro, la sangre, siempre es de los otros.
Ellos, mientras tanto, parece que se estuvieran peleando. Pero a no engañarse: como decía Perón, se están reproduciendo.
El dia 19 o 20 de Febrero, acá en córdoba el abogado Carlos Nayi comunicó en forma radial que denunciaría penalmente al abogado Dalbón por sus dichos porque sus se encuentran atrapados en una figura delictiva cuando dijo que el " pueblo saldrá a la calle " si la ex presidente es condenada. Además Maximiliano Hairaberdian, fiscal federal de córdoba dijo: "Son declaraciones lamentables para el estado de derecho y pueden tener consecuencias tanto en el plano administrativo disciplinario por parte de los colegios que regulan la abogacía, como por otras figuras o delitos como la intimidación pública o incitación pública a la violencia colectiva. " Que sigan hablando pavadas allá en Buenos Aires.
Que repugnante mezcolanza de datos históricos utilizados para beneficio de una postura, en este caso, antiperonista. Según este muchacho los peronistas mataron a Nisman porque siempre fueron antisemitas... Me imagino lo preocupación de Golda Meir por el hostigamiento de Tacuara al joven estado de Israel. Destaca el famoso discurso del 5 x 1 sin decir que dicho discurso fue en respuesta al bombardeo terrorista de Plaza de Mayo que dejó 300 muertos civiles por parte de aviones de la Armada en los cuales iban dirigentes de la UCR, algunos de los cuales fueron más tarde participes del gobierno de Illia. Y si Federico, Montoneros tiene su raíz en la extrema derecha. Muchachos de derecha, se familias profundamente antiperonistas, desencantados por los gobiernos de entonces y con el peronismo proscripto, los que formaron a los Montos. Andahazi, como judio deberías saber que ser ANTI no es bueno. Es tan malo ser antisemita como ser antiperonista. Se pierde objetividad al ser ANTI. Se termina defendiendo delincuentes de uno u otro lado. Se fanatiza con todo lo malo que eso significa. La mejor propaganda para el PJ, una de las principales razones por la que sigue vigente, son estos ANTI, estos fanáticos que cuentan la mitad de la verdad para beneficio de sus ideas.
Estos que amenazan con ríos de sangre son COBARDES y CAGONES. Cuando la ven fea se escudan en las polleras de las mamás y en los ddhh. No son hombres. No sé aguantan una cachetada.
Dalbon, Dalbon, si no tenes huevos no saques pecho. Esos que prometian rios de sangre terminaron de la peor manera. Calmate un poco y mucho cuidado con una parte del pueblo que se mantiene callado y que no sale a la calle.
Otro mercenario como Leuco.