La Argentina vive en estos días la campaña presidencial en modo on, ello se ve plasmado y replicado en cada uno de los partidos que hoy se disputan una lista con el propósito de lograr ganar un mandato hasta, cuanto menos, el año 2023.

En ese sentido, Cambiemos ha enviado ciertos proyectos de Ley al Congreso bastante polémicos y, en el fondo, vacios y con un acento proselitista: la propuesta de bajar la edad de imputabilidad a los 15 años (a nivel nacional) y la iniciativa antimotochorros (a nivel provincial) son la muestra clara de ello, que lejos de cumplir con poder menguar la delincuencia, agravan la situación delictual.

Ello se suma a la puja por partidos para observar cómo se armarán las listas. La actual gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, se encuentra entre Cambiemos y Alternativa Federal.

El equipo del peronismo alternativo se mostró con cierta algarabía, ya que no posee un candidato competitivo para gobernar la provincia de Buenos Aires, el tema con ello es que, de ser aceptado por el presidente Mauricio Macri, éste último debería dejar sin efecto un decreto que generó mucha polémica en su momento.

Es dable rememorar que el jefe de Estado excluyó la posibilidad de la utilización de listas colectoras para evitar que el peronismo alternativo y el kirchnerismo compartan un mismo candidato para la provincia de Buenos Aires.

Por otro lado, uno de los integrantes de Alternativa Federal, el líder del Frente Renovador Sergio Massa, envió un mensaje por elevación al kirchnerismo que indicaría que pasaría a ser parte de la alianza que tiene a su ex jefa, Cristina Fernández, como precandidata a la vicepresidencia, aunque de ir por la presidencia, como tanto ha elucubrado, Massa debería ir a una interna con el actual precandidato presidencial de ese espacio Alberto Fernández, a sabiendas de que las chances de ganarle son prácticamente nulas.

La formula Fernández-Fernández trata de mostrarse un poco más abierta a la sociedad, y sobre todo, Alberto, más moderado. Mucho no le funciona, es un tipo que de moderado no tiene nada, se trata de alguien que cada vez que habla putea, dice que va a revisar sentencias o amenaza a jueces, sin embargo, suma un gran número de personas que lo apoyan, o no, en realidad, el aval va dirigido hacia la senadora nacional líder de Unidad Ciudadana.

Quienes saben del tema y siguen la política desde hace decenas de años, saben mencionar que, si bien existieron otras campañas extrañas, ninguna se compara con esta. Es todo muy volátil, cambiante, y a diez días del cierre de alianzas y solo veinte días de la presentación de listas, aún no se sabe cómo van a estar posicionados los referentes políticos ni quienes van a ocupar ciertos cargos dentro de cada coalición.

No obstante, la campaña está en modo on, nadie puede dudar de ello, cada uno usa sus estrategias, algunas más elocuentes que otras, pero poco se entiende qué es lo que pasa en el centro de la escena política.

Hay una frase que viene recorriendo cada rincón y que indica que “si te vas de la Argentina 20 días y volvés, cambió todo. Si te vas 20 años y volvés, no cambió nada”.

Quizá eso explique por qué las medidas prometidas o llevadas a cabo durante los años electorales son meramente proselitistas y en el largo plazo producen pocos cambios. O ninguno.

Quizá la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, tuvo razón el viernes último al mencionar que “la gente cambia… dependiendo de si está en campaña”. Si bien esa frase estaba dirigida a Cristina, bien podría utilizarse para toda la dirigencia política.

A la hora de buscar votos, nadie escatima recursos. Nadie.