Si hay algo en lo que coinciden la inmensa mayoría de los argentinos, es en que la situación actual del país no es, precisamente, buena.
Tanto de un lado como del otro de la grieta, sabemos que hay muchas cosas que este gobierno no pudo solucionar, porque no supo, no quiso, o no lo dejaron, especialmente en lo que a economía se refiere.
El resultado final es que hoy, las posibilidades de que Mauricio Macri sea reelecto en octubre no sean las mismas que eran en 2017, cuando el gobierno fue el claro vencedor en las elecciones legislativas de ese año y su reelección era prácticamente un hecho.
En una publicación en redes sociales titulada "¿Por qué una minoría eligió el pasado?" (ver al pie), Macri contó que en los últimos días se publicaron encuestas con fotos de obras terminadas en distintas partes del país comparadas con otras fotos que mostraban cómo eran esos mismos lugares cuando llegamos al gobierno.
"Las opciones de la encuesta eran dos: pasado o presente. En todos los casos una amplísima mayoría, compuesta por decenas de miles de personas, eligió la foto del presente. Sin embargo, resulta muy llamativo que haya habido personas (un 12% aproximadamente) que eligieron el pasado ¿Por qué eligieron el pasado?", se preguntó el Presidente.
Es muy claro y evidente que un gran error del oficialismo es la comunicación. Si bien Cambiemos decidió desde un principio diferenciarse del gobierno anterior respecto a cómo comunicar que, -y este debemos decirlo- era la típica propaganda fascista basada en el "miente, miente, que algo quedará" Cambiemos tiene en este sentido uno de sus costados más débiles.
Pero no solo en la comunicación falla Cambiemos; también falla, y mucho, en la percepción de que es lo que espera el ciudadano común de su gobierno.
Y aquí encontramos que los dos errores -tanto del de percibir como el de explicar- están sostenidos en las redes sociales.
El gobierno comunica a través de Facebook, Twitter o Instagram, y aparentemente utiliza ese mismo soporte para tratar de percibir que espera la población de su gobierno.
Entonces, la pregunta es: ¿A ningún integrante del equipo de comunicación encargado de realizar este trabajo se le ocurrió preguntar por qué muchos de los que votaron a Macri están muy decepcionados con su gobierno, tanto que gran cantidad de ellos no lo van a volver a votar?
La respuesta a esa pregunta es muy fácil, y es que desde el primer día, Macri trató de gobernar para los que no lo votaron. Trató de convencer a ese sector de la población que pensaba -y que muchos todavía los siguen pensando- que "Macri es la dictadura", que "gobierna para los ricos", "que va a privatizar todo", que "es la represión", que "va a terminar con los logros sociales que nos dio el kirchnerismo", y la última, que "va a soltar a todos los represores de la dictadura".
Ahora, pregúntese, estimado lector, si usted no leyó o escuchó hasta el hartazgo alguna o todas de estas afirmaciones que vaticinaban tanto el peronismo como la izquierda antes de que Macri sea electo, y piense si alguna de ellas ocurrió.
No solo no han ocurrido, sino que Macri tampoco hizo absolutamente nada de lo que el votante promedio de cambiemos esperaba que hiciera.
Algunos ejemplos: Terminar con el caos anárquico en las calles, bajar el gasto público, terminar con el clientelismo político, hacer una reforma impositiva, y el más importante: "Meter a todos los delincuentes presos". Y en este punto debemos hacer una salvedad: durante este gobierno ocurrieron cosas que muchos pensaban que jamás podrían ocurrir en Argentina, como ver a personalidades realmente "pesadas" desfilar por Comodoro Py y que hoy están tras las rejas. Personajes que van desde Ricardo Jaime o Juan Pablo Schiavi hasta otros de mucho más peso político como Amado Boudou o Julio de Vido, pasando por Luís D´Elía, Milagro Sala, Lázaro Báez, Cristóbal López y muchos más.
En honor a la verdad, eran muy pocos los que pensaban que personajes con tanto poder podían terminar presos en nuestro país, pero también debemos decir que es muy claro y evidente que otros todavía siguen gozando de mucha impunidad, por ejemplo Aníbal Fernández, Daniel Scioli y hasta la mismísima Hebe de Bonafini, quienes están siendo procesados por diversas causas e inexplicablemente siguen libres y no presos como los ya nombrados, que si bien todavía no tienen condena están detenidos por la "Doctrina Irurzun", que dice que los magistrados pueden ordenar las detenciones ex funcionarios debido a los contactos, lazos o relaciones creadas, cuando estuvieron en el poder y que puedan entorpecer el normal avance de las causas judiciales en las que se ven imputados.
Pero lo más descabellado -siempre siguiendo con la doctrina Irurzun- es que todavía siga libre la "jefa de la asociación ilícita", Cristina Fernández, hoy protegida por sus fueros como senadora. Y aquí debemos hacer la segunda salvedad: Cristina sigue libre por sugerencia de Durán Barba, quien asegura que es preferible que esté en carrera para ser la contracara de Macri.
Volviendo a la publicación del Presidente Macri en la que se pregunta por qué una minoría sigue prefiriendo el pasado, si realmente no lo sabe o no lo entiende, debería cambiar de asesores, porque eso lo sabe cualquier persona medianamente normal, cualquiera sea su condición socio-cultural y que pertenezca al lado de la grieta que pertenezca.
Y volvemos a preguntarnos, ¿por qué Macri no se hace la pregunta correcta, que es: ¿Por qué muchos de los que me votaron no me van a volver a votar y van a votar al pasado?
Le doy, estimado lector, la respuesta: Porque como ya hemos dicho, en lugar de gobernar para los que lo votaron, trató de gobernar para los que no lo votaron, y lo peor de todo esto es que ese sector del electorado nunca, jamás, lo va a votar. Las pruebas están a la vista.