Dime con quién andas y te diré quién eres. La sabiduría popular tiene este dicho para definir que los compañeros de ruta que uno elige definen el camino que se quiere tomar.
En la política exterior de las naciones, pasa lo mismo. Dime con quién andas y te diré quién eres. Pocas veces queda tan claro el tipo de modelo de gobierno y de sociedad que se quieren construir como a la hora de elegir los países con los que se quiere comerciar e intercambiar experiencias y beneficios mutuos.
Una cosa es la Unión Europea, trabajando mancomunadamente con el Mercosur y otra muy distinta es mantener relaciones carnales con la Venezuela chavista o firmar un pacto tenebroso con Irán. Son propuestas antagónicas.
Son la expresión de dos modelos: uno democrático y republicano y el otro nacional populista y autoritario.
Macri logró incorporarse, con mucho esfuerzo, al mundo desarrollado para abrir mercados y cerebros y buscar el complemento ideal para que las pequeñas y medianas industrias argentinas puedan exportar más y con mejores beneficios.
Es lógico que si eso ocurre, va a generar más trabajo genuino, más innovación productiva y por supuesto, una vida cotidiana menos hostil y con mayor bienestar.
El fracaso bolivariano de Cristina y sus revolucionarios fue atar nuestra suerte a los países más decadentes en lo económico, más antidemocráticos en lo político y en muchos casos ligados a expresiones del terrorismo internacional. Hablo de Venezuela, Cuba e Irán, respectivamente.
El 27 de octubre, los argentinos, entre otras cosas, podremos elegir cual es el mejor rumbo. Por suerte las propuestas están claramente diferenciadas. Nadie se puede declarar engañado.
La mayoría de los líderes mundiales, de todos los matices ideológicos, reconocieron al presidente Macri como uno de los artífices del acuerdo histórico del Mercosur con la Unión Europea.
Se puso al servicio de esa realización que tardó más de 20 años en llegar. Habló telefónicamente con todos los presidentes que hiciera falta para destrabar las dificultades y allanar el camino al acuerdo.
Así lo reconocieron en el G-20 de Osaka, varios jefes de estado y se lo expresaron en forma coloquial y afectiva, algo que no es común en el frío mundo de la diplomacia.
Es muy poco frecuente este trato y este reconocimiento. La canciller alemana Angela Merkel, con una felicitación concreta por el acuerdo le dice: “Por fin”, y lo abraza.
El apretón de manos con Macrón, el jefe del estado francés, uno de los más duros para el acercamiento por la presión de los productores agropecuarios de su país.
De hecho hoy mismo planteó dificultades. Pero vimos el reconocimiento del español Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero que le dice: “Enhorabuena, has estado peleando mucho, sin tu liderazgo esto no hubiera salido”.
Donald Trump palmeando la espalda de Macri en el plenario, el presidente del Comité Olímpico Internacional y hasta Narendra Modi, el primer ministro de la India. En fin, casi todos.
¿Cuál fue la reacción del cristinismo frente a semejante logro? El resentimiento, el poner palos en la rueda y el gesto avinagrado de quien acaba de tragar un sapo gigante.
Alberto Fernández, el falso moderado, testaferro del cargo de candidato a presidente de Cristina, se apuró a rechazar todo diciendo que “no había nada que celebrar y mucho para preocuparse”, y que si tenían que revisar estos acuerdos, lo iban a hacer.
El marxista cristinista Axel Kicillof, autor y responsable de varias de las avivadas que ahora nos cuestan fortunas a todos los argentinos como los casos de YPF y Aerolíneas, dijo que el acuerdo con Europa era una “tragedia”. Sí, escuchó bien.
El socialista obrero español dice Enhorabuena y el infantilismo pequeño burgués de Axel habla de tragedia. Y sus seguidores dicen que son otras variantes de la entrega de los recursos argentinos.
Máximo, como sabemos un experto en política internacional, dijo que el acuerdo “era una avivada de los europeos”. Gracias Máximo por avivarnos.
Debería explicarnos entonces, porqué hay tanto debate en el viejo continente y los opositores y los medios critican tanto el acuerdo porque dicen que es muy favorable para nuestros países de la región y del Sur del mundo.
Es que los K, tienen una mirada tan jurásica, tan obtusa que se dio de patadas incluso con históricos aliados ideológicos de Cristina. Evo Morales firmó y celebró el acuerdo y fue más a fondo todavía. Dijo que iba tratar de lograr un tratado de libre comercio similar entre su país, Bolivia y el organismo europeo.
Tabaré Vázquez, del Frente Amplio sumó su euforia desde Uruguay pese a que en otros planos continúan con su complicidad con la narco dictadura de Maduro y rechazan el futuro democrático de Juan Guaidó.
Alberto Fernández ya estaba metido en una situación complicada. ¿Cómo rechazar algo que Pedro Sánchez, Evo Morales y Tabaré Vázquez habían elogiado sólo porque uno de las locomotoras de ese logro había sido el presidente Macri?
Y como si esto fuera poco, desde el archivo que nunca miente, apareció la propia Cristina en su momento, como presidenta, reunida con Francois Hollande, jefe de estado de Francia diciendo que estaba muy esperanzada en avanzar las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur.
Que la propia Cristina lo haya expresado en su momento, dejó a Alberto Fernández y Kicillof en la lona. Game over. Hasta su sobreactuado amigo, el Pepe Mujica habló positivamente del acuerdo de la Unión Europea y el Mercosur.
El cristinismo se la está haciendo difícil a Alberto. Tiene que hacer un equilibrio fenomenal para no pisar a nadie y que no se enojen los soldados de Máximo ni la reina Cristina con sus declaraciones.
Pero simultáneamente tiene que reforzar su imagen de presunto hombre prudente, moderado que no va a expropiar a los medios de comunicación, ni va a tirar a los jueces por la ventana ni va a liberar a los presos que son políticos para todos su seguidores y que él definió por el camino del eufemismo que no conforma a nadie.
Es tragicómico, pero dijo que en Argentina no hay presos políticos, pero que Lázaro, Cristóbal, Jaime, Josesito López y demás delincuentes padecen “detenciones arbitrarias con tufillo político”.
Y que el colosal sistema de corrupción y de enriquecimiento ilícito que montó la familia Kirchner fue un “desliz ético” porque no tenía que haber hecho negocios con un contratista del estado como Lázaro.
Muchas veces Alberto está obligado a justificar lo que no puede justificar y hace papelones pese a ser un hábil declarante. Pero no se le puede exigir que tape el sol con las manos.
¿Cómo posar de prudente gerente liberal de izquierda, casi un Pedro Sánchez argentino y tener que explicar los exabruptos de sus compañeros que proponen el robo como destino al estilo de Guillermo Moreno o Juan Grabois, la toma de todos los juzgados como dijo Hebe de Bonafini o la decisión de ser candidato a diputado de un nazi como hizo Julio de Vido?
Ni hablar de los que se hablaron encima como Mempo Giardinelli, Eugenio Zaffaroni o Francisco Durañona.
No se puede ocultar que, después de más de dos décadas de negociaciones frustradas, finalmente, con el motor de Macri se logró este acuerdo que abre el comercio a un mercado de 800 millones de habitantes, que representan un cuarto del PBI mundial y que coloca a la Unión Europea como el primer inversor global.
Y Alberto Fernández se apuró a decir que el acuerdo “castiga a los argentinos”. El presidente Macri hoy redobló la apuesta y dijo una verdad: que Argentina junto a Sudán y Nigeria estaba entre los países más cerrados del mundo. Y que eso, obviamente generó menos trabajo, más pobreza y exclusión.
Seis mil empresarios dejaron de exportar sus productos por las horrorosas decisiones de Cristina, Kicillof y Guillermo Moreno. Y el mayor acuerdo internacional que lograron los K fue el pacto tenebroso con Irán.
Fernández, antes de aceptar convertirse en títere de Cristina fue muy duro con esa irracionalidad y muy claro a la hora de hablar de las responsabilidades de su actual compañera de fórmula y de lo que implicó el asesinato de Nisman en todo esto.
Por estas declaraciones, el juez Claudio Bonadío acaba de citar a Alberto Fernández. Es muy grave y muy cierto lo que dijo: que la firma misma del acuerdo era el pacto de impunidad para encubrir a los terroristas que volaron la sede de la AMIA y produjeron el crimen de lesa humanidad de 85 personas.
Que la presidenta fue la instigadora y el autor directo fue Héctor Timerman. Enseguida asegura: nada hay que probar. Ella sabe que mintió y que el memorándum solo buscó encubrir a los acusados.
Solo un necio diría que el encubrimiento presidencial a los iraníes no está probado y que Cristina “ignorando la tragedia se indultó a sí misma”. Tremendo. Demoledor.
Es lo que dicen muchos de los familiares de los muertos, y varios periodistas independientes. Pero esto lo dijo Alberto, el compañero de fórmula de Cristina.
Está todo dicho: hay que elegir entre el mundo democrático o el chavismo K.
Parece que eso de " dimes con quién andas es la máxima que impera en córdoba." desde ayer por la tarde. La orden bajada a los intendentes es . NINGUNA FOTO CON ALBERTO FERNANDEZ. Así de simplecito. Como tenemos un díscolo suelto por el Senado cuya hijita (que vivió siempre del Estado como su madre, hermano y padrecito ) , el Domingo perdió una elección en Caros Paz porque Schiaretti no la ayudó. El díscolo del ala de De la Sota hoy, mañana, pasado, me parece lo van a poner en caja. Por el momento da la impresión que lo están cercando y no disimuladamente sino en forma directa.
Clarísima nota. Solo un NECIO lo puede negar. Impecable.
Jajaja! Mirá quien habla de mala leche! Dentro de 2/5/10 años, sabremos que pasó con el acuerdo. Y ahí podremos sacar conclusiones (por el momento solo se escuchó la oposición de varios países y que la gavilla gobernante planea "compensar" a los empresarios que pierdan).- Leucovich, les queda poco!
El kirchnerismo es mala leche...y fanatismo, necedad, anacronismos, hipocresía moral, pauperización intelectual y material, aislamiento del mundo, involución, corrupción, caudillismo, reciclado de recetas fracasadas, alianzas con lo más impresentable de América Latina.
Vos mercenario Leuco, andás con Magnetto. Todo lo que sea de Magnetto, ni lo leo ni lo escucho. Por eso dí de baja cablevisión . No leo Clarín , La Voz del Interior, No escucho Radio Mitre, no veo TN, Canal 13, canal 12 de Córdoba. etc. El Mala Leche es Magnetto y sus periodistas Leuco, Lanata, Majul, Santoro etc. que viven destilando veneno, envenenado a las mentes para que después le voten al verdugo.