Si hay algo que describe a la perfección la clara polarización en las próximas elecciones es que los argentinos tenemos tanto miedo al pasado como al futuro.
Sin embargo, la lectura que nos dejaron las PASO, parecería decirnos que los argentinos elegiremos en octubre volver al pasado. Y la pregunta es: ¿Puede nuestro pasado salvar nuestro futuro?
Durante los primeros años del kirchnerismo, especialmente durante el gobierno de Néstor, hubo una especie de bonanza económica, producida especialmente por el contexto internacional que era muy favorable.
La soja, -principal fuente de ingresos a través de las retenciones de aquellos años- valía más del doble de lo que vale hoy, y fue la primera fuente de financiación del kirchnerismo. Luego -apropiación de las AFJP mediante- lo fue la ANSES, siguiendo con las reservas del Banco Central, que de más de 70 mil millones de dólares quedaron en cero en diciembre de 2015 y, finalmente, la única fuente de financiación del kirchnerismo fue la emisión descontrolada.
El resultado final fue que tras 8 años de presidencia, Cristina Fernández entregó el país con un 30% de pobres, un déficit fiscal incontenible y un 125 % de inflación en sus 3 últimos años, más la peor crisis energética de la historia y un retraso cambiario maquillado a trevés del "cepo al dólar".
Sin embargo ese 125 % de inflación que dejó Cristina no es real, ya que estuvo reprimida por el retraso de las tarifas, lo que llevó, como enumeramos antes, al país a un desastre energético. No nos olvidemos de los millones de u$s que se llevaban en bolsos diariamente durante 12 años y que no se conocía ningún tipo de índice de inflación, desocupación ni pobreza ya que el INDEC no funcionaba.
Inflación, gasto público, aumento descomunal de empleados públicos, tarifas ficticias, cepo al dólar, inseguridad, caos social, crisis energética, reservas del Banco Central en rojo, manipulación de la justicia, son algunos de los descalabros generados por el kirchnerismo.
Un párrafo aparte merecen lo que se hizo tanto con YPF como con Aerolíneas Argentinas, el millonario financiamiento del fútbol a través del Fútbol Para Todos (único caso en el mundo) con fondos de la ANSES, y lo más grave, el pacto con Irán.
Todo lo hasta aquí descrito son datos reales y concretos. Ahora, en virtud de un posible retorno del kirchnerismo al poder, surge la siguiente incógnita: ¿Podrán ellos solucionar todos estos problemas que ellos mismos generaron y que no pudieron corregir cuando fueron gobierno teniendo todo el poder con el control absoluto del Congreso Nacional?
El peronismo, desde su génesis, se mueve de acuerdo a sus intereses, no se mueve según principios, y si hay algo que el kirchnerismo dejó al descubierto, es mostrar que dentro del peronismo, en su esencia, son todos iguales.
Un claro ejemplo de ello es que el justicialismo, en su conjunto, se negó a votar las leyes de extinción de dominio, quitarle los fueros a Cristina y la Ley del arrepentido.