En las últimas horas, el juez Claudio Bonadío fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por mal desempeño de sus deberes y funciones y presumibles actos de corrupción.
Según la denuncia (ver al pie), presentada por el abogado Alejandro Sanchez Kalbermatten, Bonadío, quien está a cargo de las causas contra el exministro K Julio De Vido y contra la ex presidenta Cristina Fernández por asociación ilícita, enmarcadas en lo que se denomina “Cuadernos de la Corrupción», «omitió excusarse de proceder contra empresarios mencionados en la investigación.»
Lo anterior surge a partir de diferentes advertencias, tanto del periodista Carlos Pagni como de Elisa Carrió, sobre que Bonadío evitó en reitereadas oportunidades llamar a declarar a Sebastián Eskenazi, hijo del exaccionista de YPF y dueño del Banco de Santa Cruz.
Pagni argumentó en otro de sus editoriales que en la declaración que el financista Ernesto Clarens prestó como arrepentido en esa causa, habría sido advertido por Bonadío o funcionarios de su juzgado sobre que no podía mencionar a la familia Eskenazi.
Según había apuntado en su momento Pagni, pese a que los Eskenazi eran «un engranaje central en el universo financiero del kirchnerismo, Bonadío se resiste a prestarles atención».
A esto se le suma la foto que apareció publicada por el periodista Horacio Verbitsky en su portal El cohete a la luna, donde se lo ve a Bonadío almorzando con el empresario investigado, es decir, Sebastián Eskenazi. Sin mencionar que, aunque con errores ortógaficos, Sebastían Eskenazi aparece literalmente mencionado en los cuadernos Gloria de Centeno: dice la anotación del lunes 20 de abril: 07:00 Domicilio del Licenciado [Baratta]; a las 07:30 lo llevé a Dársena Sur y tomó el avión con Salas y Skenassi [sic] Sebastian y se fueron a Bolivia.
Por lo que puede reconstruirse el viaje no duró mucho, apenas unos días, ya que el miércoles 22 Baratta estuvo nuevamente en Argentina. En el medio, Centeno tuvo el trabajo de ir a buscar un sobre a la casa de la madre del Licenciado y llevarlo a la sucursal en Buenos Aires del Banco de Santa Cruz, banco que pertenece casualmente al grupo Eskenazi. Precisamente, el tal “Skenassi Sebastian” es en realidad Sebastián Eskenazi, hijo del fundador del grupo de nombre “Enrique Eskenazi” y, por aquel entonces CEO de YPF (en rigor, Repsol YPF).