Imaginemos que Angela es una de las 12.000 personas internadas por motivos de salud mental en Argentina. Imaginemos que está internada hace 10 años en un neuropsiquiátrico, y con muy pocas salidas realizadas, como tantos otros casos. Imaginemos ahora si Angela fuera atendida por su problema en un hospital general, desde donde pudiera ser derivada a una casa donde viviera, asistida, con otras personas en su misma situación, con las que podría ayudarse a hacer los quehaceres domésticos, a compartir actividades, a buscar trabajo... ¿en qué situación creen que Angela estaría mejor? ¿Qué situación creen que la ayudaría a una mejor reinserción en la sociedad?
Hoy, cuando nos acercamos un nuevo Día Mundial de la Salud Mental -que tiene lugar cada 10 de octubre-, muchas personas se encuentran en la misma situación que Angela. Lo sabemos gracias al 1° Censo Nacional de Personas Internadas por Motivos de Salud Mental, presentado este año, que indica que de las 12.035 personas que permanecen en hospitales psiquiátricos, el tiempo promedio de internación promedia los 8,2 años -12,5 años en el sector público y 4,2 en el privado-.
La Ley Nacional de Salud Mental, aprobada en 2010 y reglamentada tres años después, busca promover una mejor inserción social y laboral de las personas con padecimiento mental, con una progresiva reestructuración de los hospitales psiquiátricos y su reemplazo por sistemas de atención comunitaria, garantizando los derechos civiles a los pacientes.
Esta norma está alineada con el Plan de Acción en Salud Mental de la OPS/OMS, el cual promueve un modelo comunitario que tiene entre sus ejes fundamentales la desinstitucionalización, la inserción del componente de salud mental en la atención primaria de salud y en los hospitales generales, la existencia de una red de servicios, la participación social, la coordinación intersectorial.
Así, la ley nacional cumple con estándares internacionales muy destacados en materia de protección de los derechos de las personas y es un modelo y una inspiración para otros países de la región. Pero existe una importante brecha entre los aspectos contenidos en la ley y su implementación efectiva. Por eso, tenemos por delante un enorme desafío y somos conscientes de que el país está avanzando y dando pasos en ese sentido.
El Censo, de hecho, permite dimensionar la problemática de la salud mental en Argentina y proporcionar insumos para la formulación de políticas que posibiliten la externación progresiva de las personas internadas con el fin de que sus vidas transcurran en la comunidad y con el ejercicio pleno de sus derechos.
En este camino, profesionales de distintos organismos oficiales de las diferentes provincias fueron entrenados por la Secretaría de Salud de la Nación, con el apoyo de la OPS, como capacitadores en la Guía del Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental de la OPS/OMS, que brinda herramientas a los equipos sanitarios del primer nivel de atención no especializados en salud mental.
El objetivo es, entonces, que los capacitadores repliquen los contenidos de la guía entre los equipos del primer nivel de atención, los cuales son esencialmente la puerta de ingreso al sistema de salud para la comunidad. Brindarles herramientas para el abordaje de padecimientos mentales se vuelve prioritario en un contexto donde los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias psicoactivas se encuentran entre las primeras diez causas de años vividos con discapacidad.
Resulta relevante además ofrecer una atención integral enfocada en la persona en su conjunto, es decir, integrar los cuidados en salud mental con el resto de la atención brindada en los servicios de salud para conseguir mejores resultados y combatir los estigmas existentes.
En este marco, la publicación de la Secretaría de Salud sobre las pautas de organización y funcionamiento de los servicios de salud mental también es otra acción que contribuye a que el cumplimiento de la ley pueda ser una realidad.
Hoy, los padecimientos de salud mental son prevalentes en todas las regiones del mundo e importantes factores que contribuyen a la morbilidad y mortalidad prematura. La depresión y los padecimientos relacionados con el uso de sustancias psicoactivas están asociados con más del 90% de los casos de suicidio, mientras que las personas con trastornos mentales severos graves mueren hasta 20 años antes que la población general, por causas que no están relacionadas con su padecimiento mental. Es decir, no hay salud sin salud mental.
Como vemos, mejorar la atención de las personas con trastornos mentales no puede esperar y la restricción de la libertad no es el camino, sino la protección de derechos y un abordaje integral basado en la comunidad que permita que personas como Angela puedan tener un futuro pleno en la sociedad.
No podemos ir a los extremos. No todos los enfermos mentales están en condiciones de ser AMBULATORIOS. Hay psicopatologías en lo que inexorablemente deben estar internados, ya sea por SU PROPIA SEGURIDAD como la de tereceros. Todo depende de las psicopatologías que padezcan. Hay que ATENDER A LO QUE LE SUCEDE A LA PERSONA, mas que seguir parámetros ideologicos, respecto a que la "comunidad se haga cargo de los enfermos y los inserte". El MIEDO suele ser el peor de los disparadores de cierto tipo de pacientes y no todas las personas están preparadas para reaccionar adecuadamente ante un brote. Si en los casos de adicciones, hay familiares que tiran la toalla respecto a la atención del adicto, cuanto mas dificil es atender a un enfermo mental. Lo peor es generalizar, hay que ver CASO POR CASO y pensar la mejor alternativa para el paciente. No se trata de internar a TODO enfermo mental, como tampoco de externar a TODOS los enfermos mentales. Con esa política de desinnsitucionalización en mas de una oportunidad hay pacientes que terminan maltratados al confundirse sus reacciones, agravado cuando la gente llama a la policía que como es lógico, no puede hacer un psicodiagnóstico para comprender la naturaleza de la conducta de esa persona que dista mucho de ser delictiva, pero POR MIEDO, puede tener aristas muy violentas, mas si se encuentra en pleno delirio. Todavía cuesta mucho VER A UNA PERSONA mas que a un enfermo. La CONTENCION es fundamental, desde la REALIDAD DEL PACIENTE, si tiene FAMILIA y está dispuesta y preparada para contenerlo, ¡ES LO MEJOR!, pero si no es así, la internación, PUEDE ser una alternativa de PROTECCION y así evitar el maltrato y hasta el abuso que puede sufrir en la calle SOLO.
Ciertamente, hay que ver caso por caso como bien dice Piraton. Tambien hay casos en que psicopatas que la gente mira y admira; y no reconoce como tal, son votadas como para dirigir los destinos de una nacion.... Dios nos libre y guie....Que quienes son de necesidad y cuidado, esten bajo contencion...bajo tratamiento y alejados del poder.