Este domingo, más allá del contenido de los discursos de cada uno de los candidatos presidenciales, el debate estuvo teñido de detalles que le dieron color al evento electoral que se desarrolló en Santa Fe, en el sprint final de la campaña.
Por caso, momentos antes del inicio del debate, se conoció que el hoy diputado nacional Daniel Scioli, el perdedor del balotaje 2015 contra Mauricio Macri, acompañaba en primera fila como parte de la comitiva del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández.
La decisión de sentar al ex candidato presidencial del Frente para la Victoria en un lugar de privilegio del estudio de televisión tiene un trasfondo simbólico, que consiste en reivindicar a Scioli como ganador moral de aquella contienda retórica, poniendo el foco en las promesas incumplidas por parte de Mauricio Macri.
A su vez, junto a Scioli se sentaron los integrantes del staff estable que acompañará a Fernández si es electo presidente: Santiago Cafiero, Felipe Solá, Eduardo ‘Wado’ De Pedro; y los economistas Cecilia Todesca y Matías Kulfas, Miguel Cuberos, Juan Manuel Olmos, y su vocero Juan Pablo Biondi.
Una perlita que dejó el debate fue el pin con forma de sandalia que exhibió en la solapa de su saco (y que retrató en un tuit) el diputado Marco Lavagna, hijo de Roberto Lavagna.
La ocurrencia hacía alusión a la foto viral del verano del encuentro entre Lavagna y Miguel Pichetto en Cariló, en la que el ex ministro de Economía usaba unas sandalias con medias.
El que peor la pasó en materia de coordinación de tiempos fue el candidato del Frente Nos, Juan José Gómez Centurión, quien en reiteradas ocasiones debió ser interrumpido por los periodistas sin poder cerrar su idea. "El reloj no aparece, no lo veo", explicó el candidato presidencial.
Los dos moderadores del debate también dieron algunos pasos en falso al principio del programa: al momento de presentar a Lavagna, el periodista Rodolfo Barili dio la nota al pronunciar mal el apellido: "Buenas noches, Roberto Balaña... Lavagna, sus 45 segundos".
Por su parte, al explicar la dinámica del debate, María Laura Santillán también cometió un furcio al errar la cantidad de tiempo que cada candidato tenía para cerrar sus conceptos.
"30 minutos para cada uno", indicó, y fue corregida por Barili, que entre risas le dijo que eran 30 segundos.
Un momento inesperado se vivió cuando el candidato del Frente de Izquierda-Unidad, Nicolás del Caño, usó su tiempo en el bloque sobre Relaciones Exterior para brindar un minuto de silencio en homenaje en homenaje a las víctimas de la represión en Ecuador, donde se vienen produciendo episodios de violencia callejera a raíz de las políticas de ajuste del Gobierno de Lenin Moreno.
"Basta (Hugo) Moyano de currar con la justicia social", fue una de las intervenciones más estridentes que lanzó el candidato del frente Despertar, José Luis Espert.