Este sábado, Mauricio Macri llamó a "dar vuelta la elección" de las PASO en los comicios del próximo 27 de octubre en un multitudinario acto de la marcha "Sí, se puede" en el Obelisco porteño, que se replicó en ciudades del interior y del exterior, y pidió "no volver al pasado".
"Juntos tenemos futuro y vamos a dar vuelta la elección", afirmó el presidente acompañado en el escenario por su esposa, Juliana Awada, y el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Pichetto.
El presidente, quien busca su reelección, sostuvo que "el domingo 27 es la elección real", y manifestó que "no es cualquier elección, porque define nuestro presente y futuro en muchos años".
En ese sentido, pidió "salir a convencer a los que todavía están dudando", y "decirles a los que están enojados o que estén dudando que los necesitamos, no yo como persona, sino todos los argentinos", porque "se define la Argentina en la que queremos vivir".
"Tiene que ser la elección de mayor asistencia desde 1983, por eso, todos a votar!", expresó en el acto donde también estuvieron la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Macri, quien pidió enfáticamente "fiscalizar" los comicios, destacó ante manifestantes que ocuparon varias cuadras de la avenida 9 de Julio: "Demostramos que podemos tener políticas asistenciales sin clientelismo", y que "se puede gobernar mostrando el futuro que podemos construir".
"Se viene una etapa de crecimiento, de mejor trabajo y de alivio para los argentinos", prometió desde el escenario montado en la avenida 9 de Julio y Lavalle en el acto que se desarrolló sin incidentes.
Asimismo, afirmó que "somos una mayoría que muchas veces miramos en silencio, a veces hasta con miedo, creyendo que la política era algo que había que mirar de lejos, que mejor no meterse porque nunca iba a cambiar".
"Y sin darnos cuenta fuimos regalando espacios, dejando el país en manos de unos pocos que se creyeron dueños del Estado y de lo público, que fueron por todo y hasta por nuestra libertad", advirtió ante los manifestantes que cantaban consignas como "justicia" y "Sí, se puede".
En ese sentido, destacó que "por suerte fuimos despertando, juntándonos, alzando la voz y diciendo basta", y dijo que "así se van formando las revoluciones, con pequeñas rebeliones de gente que se va juntando. Esta es la rebeldía de la gente en paz y no queremos violencia, pero no estamos dispuestos a dejarnos llevar por encima una y otra vez".
"Estamos acá para decir que no nos vamos a quedar callados viendo como nos roban el futuro. No nos vamos a quedar callados por más que pensemos distinto. Ya lo vivimos muchas veces, con deditos, con atril, con canchereadas, con soberbia", manifestó.
Y expresó que "no aceptamos que quienes destruyeron el país ahora nos digan con el dedo en alto que ellos son los que saben".
"Vamos a seguir teniendo desafíos que enfrentar, pero no lo vamos a resolver volviendo a los mismos del pasado", afirmó y pidió que "no caigamos en espejismos, en las mismas promesas vacías de aquellos que tantas veces nos defraudaron con las mismas frustraciones de siempre, con los abusos que no queremos más, los privilegios defendidos con mentiras y patotas, no caigamos otra vez".
El presidente, que fue el único orador en el acto donde la mayoría de los manifestantes concurrieron con banderas argentinas, saludó al comenzar su discurso a "los compañeros venezolanos que nos acompañan, que defienden los valores que en su país perdieron".
La marcha en el Obelisco se replicó en ciudades del interior del país como Tucumán, Mendoza, San Luis y Bahía Blanca, mientras que en el exterior se hizo en Madrid, París, Londres, Roma, Sidney, Toronto y Melbourne, ciudad de México, Miami y Los Angeles, Montevideo y Río de Janeiro, entre otras.
Los actos por la marcha "Sí, se puede" comenzaron el 28 de septiembre en Barrancas, barrio porteño de Belgrano, con la propuesta de extender la movilización a 30 ciudades del país y finalizará el 24 de octubre en Córdoba.