Con fecha 28 de septiembre del corriente, este cronista redactó un artículo titulado: “Denuncian a un familiar del ‘Rey de la Salada’ por narcotráfico y contrabando”.
En la misma se hace alusión a una denuncia presentada en sede judicial en la cual se indica que un hombre de nombre José Castillo, es familiar de Jorge Castillo (el Rey de la Salada) y se los vincula a ambos a una serie de empresas dedicadas al contrabando y al narcotráfico.
Por esa misma nota he tenido el agrado de sostener una amable charla con una persona muy cercana a José, quien me negó el vínculo de este último con el líder de la feria más populosa de la provincia de Buenos Aires.
Asimismo, esta persona me requirió información al respecto ya que no poseía conocimiento alguno de los datos que fueron publicados en este portal, los cuales eran, ni más ni menos, los mismos que aparecían en la mencionada presentación judicial.
No obstante, prometí hacer un chequeo de la información, aunque no era necesario ya que nunca manifesté que me constara lo que decía la referida denuncia, sino que, en el propio artículo fui constantemente alusivo a la misma, pero no podía ser ajeno al daño que podría haber causado.
Luego de una semana de chequeos no logré encontrar argumentación elocuente alguna que vincule a sendos Castillo, más allá de la casualidad del idéntico apellido.
Por lo antedicho, me disculpé sinceramente con esta persona quien, según pude saber, le dio conocimiento al señor José mis buenas intenciones. Acto seguido proseguí a eliminar del sitio la nota publicada ya que, si existía un error en la denuncia: ¿Cómo podía saber que el resto de lo que decía era cierto?
Pero el relato no terminó ahí, por caso, el pasado viernes 06/12, tuve el agrado de hablar con un abogado involucrado en estas empresas portuarias de las cuales hablo en el artículo, invitándome a tomar un café y charlar sobre el tema.
En ese contexto, le expliqué que la nota había sido deshabilitada del sitio pero, por alguna razón ajena a mi persona y que desconozco completamente, seguía apareciendo al ser buscada en Google.
Luego de una escueta charla, y de brindarle mis sinceras disculpas, como ya lo había hecho anteriormente con la otra persona que me había manifestado su desconformidad por los falaces datos de la presentación judicial, se volvió ineludible redactar este artículo para manifestar y dar conocimiento de mis honestas intenciones que se encuentran lejos de querer perjudicar a persona alguna en particular.
Por lo pronto ya hemos iniciado desde el sitio los trámites necesarios para que el artículo en cuestión no aparezca más en el buscador con el propósito de no instalar una idea errónea sobre los lectores respecto de un grupo de empresas y personas que parecen no estar involucradas (a menos a mí no me consta) en una trama truculenta y complicada.
Dar información fiable es el trabajo del periodista y, en conocimiento de ello, hacer esta presentación es ineludible entendiendo que pude causar algún perjuicio sobre los mencionados.
Nuevamente quiero dejar constancia de mis más sinceras disculpas para los damnificados y hacerles saber que estoy a disposición de lo que me requieran e inquieran.
Felicitaciones Nicolás por el gesto. Es difícil reconocer un yerro y más luego de un trabajo mediante. Pero ayuda a la objetividad del sitio.