El Fondo Monetario Internacional dio un apoyo expreso a su primer mes de gestión. Sin embargo, no se refirió a toda su política económica sino sólo a las ayudas sociales siempre y cuando se contara con los recursos para hacerlo.
Es decir, no lo felicitó por su dispendio de gastos sino por contar con los recursos. Del resto, sólo se limitó a decir que todavía está “esperando un plan integral que aún no está sobre la mesa”.
Del otro lado, el Banco Mundial proyectó una nueva contracción económica para el 2020 en la Argentina, en sentido contrario al resto de los países del continente que tendrán tasas positivas. El BM advirtió también por una eventual crisis de la deuda tanto por factores internos como externos.
Pero lo más importante, es que el BM demolió la política de controles de precios que tanto gusta a la liturgia peronista. El BM dijo que los controles de precios, no terminan cumpliendo con el rol por el cual fueron aplicados. El BM dijo que “el reemplazo de estos controles por redes de seguridad social mejor orientadas y más extensas, reformas que alienten la competencia y un entorno regulatorio sólido puede resultar favorable para los pobres y el crecimiento”.
En relación con la inflación, el BM fue concluyente: “Para mantener niveles de inflación bajos y estables en un contexto de presiones fiscales crecientes y de riesgo de crisis cambiarias, los funcionarios responsables deben fortalecer los marcos de política monetaria y la capacidad de los bancos centrales, y reemplazar los controles de precios por políticas más eficientes”.
El informe del BM no deja margen para dudas y en todo caso sugiere políticas que van a contramano contra lo aplicado por el gobierno de “los Fernández”.