Después de terminar su único mandato, el ex presidente Mauricio Macri tomó distancia de la política en lo público pero se mantiene pendiente de la vida interna del PRO, que se reorganiza para tratar de retomar el liderazgo de la alianza Juntos por el Cambio que ahora quiere la UCR.
El PRO está listo para renovar su autoridades, algo que debería ocurrir en abril pero podría adelantarse debido a que hay una sola lista consensuada, con Patricia Bullrich como presidenta, el diputado santafesino Federico Angelini como vice primero y la senadora cordobesa Laura Rodríguez Machado como vice segunda.
Según distintas fuentes partidarias consultadas por la agencia Noticias Argentinas, nadie cuestiona el liderazgo de Macri porque pese al perfil bajo que eligió tras su salida del Gobierno, monitorea la reorganización, se mantiene en contacto con Bullrich e incluso suele llamar por teléfono a algún diputado para hacerle comentarios sobre sus discursos.
"Patricia es Mauricio", aseguraron a esa agencia dos dirigentes que están en el día a día del PRO y que confían en que el ex mandatario volverá a competir en las elecciones presidenciales de 2023, a pesar de la desaprobación que mostró la mayoría del electorado en 2019 frente a su gestión.
El rol de la ex ministra de Seguridad, según indicaron, será el de coordinar al PRO cuidando a las tres figuras salientes: Macri, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Con quien más conversa Bullrich, además de Macri, es con Rodríguez Larreta, cuyo anhelo de ser algún día Presidente de la Nación es un secreto a voces en el PRO pero nadie lo imagina rebelándose contra Macri, aunque algunos lo ven paciente y a la espera de lo que ocurra en las legislativas de 2021.
El mandatario porteño -que ya no tiene reelección en la Ciudad- hizo dos movimientos estratégicos: ubicar a su jefe de campaña, Eduardo Macchiavelli, en la secretaría general del PRO y sumar a su equipo al ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y al ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Ambos tienen experiencia como armadores políticos y un buen nivel de diálogo con diversos sectores pero durante la gestión de Macri fueron dejados de lado por el ala dura del PRO que encabezaba el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña.
En algunas despachos evalúan sin embargo que la mayor dificultad de Rodríguez Larreta será saltar las fronteras porteñas e instalar su figura en el interior del país y razonan que Macri lo logró porque aprovechó su paso por Boca Juniors, mientras el mandatario porteño carece de ese "adicional".
Quienes sostienen el liderazgo de Macri destacan que el ex presidente mantiene un nivel de aprobación importante en la provincia de Córdoba, una de las más importantes en términos electorales junto con la ciudad de Buenos Aires, donde juega de local.
Todo este proceso de reorganización tiene como horizonte la pulseada con la UCR, porque ambos partidos tienen la convicción de mantener unido al frente Juntos por el Cambio pero ambos quieren liderarlo.
Días atrás, el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, pronunció una arenga durante un acto partidario en Mar del Plata y expresó: "El radicalismo tiene que conducir el frente. Solo nosotros, en la oposición, podemos conducir".
Por ahora, el PRO y la UCR (así como la Coalición Cívica que preside Maximiliano Ferraro) aceptan el esquema de conducción colegiada o "diálogo horizontal", pero en ambos espacios se preparan para pelear por el liderazgo y saben que el primer round se desarrollará a medida que se acerquen las elecciones de 2021.