Crece la incertidumbre entre el personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria ante la inexistencia de información, protocolos de intervención normalizados, y medidas de protección y cuidado de uniformados.
Luego de que en el día de la fecha se activara el “Protocolo por Coronavirus” en El Calafate por el caso de una mujer que integraba un contingente de 14 turistas italianos en la zona del Glaciar Perito Moreno, se toma conocimiento que en los aeropuertos la situación no es la mejor, ya que diferentes testimonios dejarían en evidencia la inexistencia de medidas y acciones preventivas estandarizadas en pos de evitar el ingreso del Coronavirus a la República Argentina.
El caso revestiría seria gravedad ya que la misma Institución Policial, —que posee jurisdicción en todos los aeropuertos y aeródromos del territorio nacional—, tendría al personal sumido en total desconcierto, incertidumbre e incluso temor, ya que no existirían lineamientos precisos en cuanto a como proceder ante la detección de un “posible infectado”, o que acciones desplegar si las Autoridades Sanitarias dispusieran el aislamiento preventivo de uno o mas pasajeros, máxime si estos opusieran resistencia.
Entre las preocupaciones principales de los efectivos se encuentran la falta de información y capacitación, directivas y protocolos documentados emitidos por autoridad competente, e incluso la vigencia de la “prohibición verbal de las jefaturas de NO utilizar material de protección como Guantes y Barbijos”, condiciones que a las claras expone a contagio a los Funcionarios Públicos que finalizada su jornada laboral, dejan los aeropuertos y se reinsertan en espacios y actividades comunes a cualquier ciudadano.
La anomia y falta de previsión, -al menos en este caso-, no sería una particularidad exclusiva de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que se encuentra ubicada en la órbita del Ministerio de Seguridad de La Nación, y a cargo del Director Nacional Lic. José Alejandro Glinski, sino que incluso otros organismos aeroportuarios y concesionarios como Migraciones, Aduana, Agencia Federal de Investigaciones, Interpol, Senasa, Sanidad de Fronteras, Aeropuertos Argentina 2000, entre tantos otros, también evidenciarían grietas e incongruencias en materia de seguridad y prevención.
Los males como la Gripe Aviar, Porcina, Vaca Loca, entre otros casos, parecen no haber hecho mella en los “hábitos argentos” de quienes ostentan y deciden sobre nuestras vidas en materia de Seguridad, Salud, Prevención, y Protección Ciudadana, ya que continúan sin miras de desvío por el camino de la improvisación, la desidia e inoperancia.
Deberemos tal vez, si deseamos en un futuro abordar y prevenir a tiempo cualquier otra crisis, curar la enfermedad que crónicamente nos aqueja hace décadas y metódicamente negamos; el “mal argentino”.