Ante la posibilidad bastante concreta de un exponencial e inminente crecimiento de casos por contagio de coronavirus en la Argentina, reconocido por todos los infectólogos consultados y hasta por el propio Gobierno Nacional, conviene reconstruir algunas historias de desidia, negligencia, y probable corrupción que envolvieron a la construcción de centros de salud por parte del Estado. El sanatorio “Antártida” de Hugo Moyano no fue el único caso de inauguraciones “truchas” durante el kirchnerismo,
El 9 de septiembre de 2010, el entonces Intendente de la localidad bonaerense de Cañuelas y actual Administrador General de Vialidad Nacional, el kirchnerista Gustavo Arrieta, anunció la construcción del Hospital Regional de Alta Complejidad de la Cuenca Alta, en el marco del judicializado Plan de Saneamiento Integral de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Allí también se informó que la obra iba a tener un costo de $130 millones financiados por el Gobierno, a cargo de Cristina Kirchner, a través del Ministerio de Planificación Federal que conducía el hoy condenado Julio De Vido. Finalmente, la licitación original fue de $259 millones. Casi 10 años después, en plena pandemia de coronavirus, el Hospital aún no está plenamente operativo.
Su gestión está a cargo de los Municipios de Marcos Paz, General Las Heras, San Vicente, Presidente Perón y Cañuelas. Su zona de influencia, además, abarca también a Virrey del Pino y Ezeiza. Entre todas las localidades, suman casi 500.000 habitantes. Emplazado en las intersecciones de las rutas 205, 3, y 6, en un terreno donde antes había una tosquera, la imponente mole se puede apreciar desde la ruta 205, detrás de las vías del Ferrocarril Roca, llamando la atención por su moderno aspecto y por la constante presencia de una ambulancia estacionada en uno de los laterales del edificio. Por lo demás, se ve muy poco movimiento.
El 8 de octubre de 2015, 17 días antes de las elecciones presidenciales, la actual Vicepresidenta “inauguraba” por teleconferencia el nosocomio, bautizándolo “Néstor Kirchner”. En aquella oportunidad, el entonces Ministro de Salud de la Nación, que hoy casualmente ocupa el mismo cargo en la Provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, dijo textual: “Este es un hospital de 26.000 mts2 hecho con una inversión de $536 millones”. Es decir que, casi sin darse cuenta, el funcionario reconoció que la obra costó el doble de lo previsto. También, al momento de la inauguración, se informaba oficialmente que contaba con 150 camas de internación y 5 quirófanos. Pero en verdad, dentro de sus instalaciones, cuya obra aun no llegaba al 90% de terminación, no había ninguna aparatología médica, ni siquiera camas: recién en mayo del año 2017 recibió a su primer paciente. Para aquel momento, poseía 20 camas.
La construcción del Hospital fue adjudicada a las firmas Riva SA y Tecno SA, y las obras dieron comienzo en 2011. Desde el Gobierno del ex Presidente Mauricio Macri, se analizó una presentación en 2016 que denunciaba que en el proceso de construcción pudo haber habido pago de sobornos por $70 millones. Pero esa denuncia finalmente no prosperó.
El 13 de junio de 2018, el Concejo Deliberante de Cañuelas elaboró un informe sobre la situación del Hospital. Allí se reconocía, entre otras cosas, que a casi 3 años del “corte de cinta”, la totalidad de camas llegaba a 100, de las 150 prometidas por la ex presidenta Cristina Fernández, incluyendo no solo terapia intensiva, sino también neonatología y cuidados moderados. En uno de sus párrafos, dice textual: “Recientemente se habilitó el quirófano y el servicio de Anestesiología”. Como ya se dijo, para su inauguración, pocos días antes de las elecciones presidenciales de 2015, el nosocomio era una “cáscara vacía”, a pesar de lo anunciado en la propia página web de la presidencia, donde se decía, entre otras cosas, que poseía 5 quirófanos, cuya captura se reproduce a continuación:
Apenas asumió el cargo el pasado 10 de diciembre, la actual Intendenta de Cañuelas, la kirchnerista Marisa Fassi, reconoció que deseaba “abrir el Hospital Néstor Kirchner”, casi cinco años después de “inaugurado”. Y lo rebautizó con el nombre del ex presidente, ya que Cambiemos se lo había cambiado. El 23 de marzo, es decir hace apenas 10 días, se informó que se estaba haciendo “un control y una calibración de distintos equipos médicos“. Tres días después, el 26 de marzo, el Hospital lanzó un “urgente pedido de médicos terapistas, emergentólogos, hematólogos y clínicos”, poniendo de manifiesto que uno de los problemas que enfrenta la Argentina ante la pandemia actual es la falta de especialistas.
Además, algunos links de su página web se hallan en construcción o remiten siempre a la misma información. Por ejemplo, a una reunión que mantuvo su actual Director Ejecutivo, el Dr. Diego Cerrudo, con el Intendente de San Vicente, a fin de coordinar acciones para “la contingencia del coronavirus” (SIC). Desde el Cuenca Alta informaron oficialmente que se acondicionó, para eventuales casos de covid-19, una sala con capacidad para tres personas.
Contexto
El 17 de octubre de 2008, el Gobierno de Cristina Kirchner anunciaba la construcción de 7 hospitales en las localidades bonaerenses de Escobar, Esteban Echeverría, Ituzaingó, General Rodríguez, y dos en La Matanza, además de uno en Entre Ríos, proyecto llamado “Hospitales del Bicentenario”. Suele incluirse por error al de Cañuelas entre éstos. Pero en verdad, su creación fue por una exigencia de la Justicia Federal de Morón en el marco de la causa “Matanza-Riachuelo”.
La causa se inició en el año 2004 a partir de una demanda contra el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma, y un conglomerado de 44 empresas, que presentó un grupo de vecinos ante la Corte Suprema de la Nación, por “daños por múltiples enfermedades provocadas por la contaminación de la cuenca hídrica Matanza-Riachuelo”. La importancia de dicha cuenca radica en su extensión: abarca la Capital Federal y 11 partidos bonaerenses. El proceso es conocido como “Causa Mendoza”.
El máximo Tribunal dividió la pretensión en dos partes: en lo concerniente a los daños personales, derivó la cuestión hacia la jurisdicción correspondiente, pero decidió entender en los daños ambientales, por lo que en junio del año 2006, dictó una sentencia exigiendo al Estado Nacional, cuyo Gobierno ejercía en aquel entonces Néstor Kirchner, la presentación de un plan para limpiar el Riachuelo, entre otras exigencias. Allí nació ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo), que actualmente preside Martín Sabbatella. La primera titular del organismo fue Romina Picolotti, que además de no haber cumplido con lo exigido por la Corte, fue procesada por administración fraudulenta en agosto de 2014. Uno de los más acérrimos defensores de la ex funcionaria en su momento fue el actual Presidente y ex Jefe de Gabinete Jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Dos años después, en julio de 2008, el Tribunal Supremo le ordenó a ACUMAR la implementación de políticas públicas concretas en materia ambiental y fijó plazos para realizarlas, dejando en mano de la Justicia Federal la ejecución de la sentencia definitiva. La causa quedó a cargo del titular del Juzgado Federal 2 de Morón, Dr. Jorge Rodríguez. En dicho marco, nació la construcción del Hospital.
Hace pocos días, hubo un fuerte cruce entre el Gobierno de Alberto Fernández y el macrismo, debido a que el kirchnerismo acusó a la anterior administración no solo de no haber continuado con las obras de los “hospitales del bicentenario”, sino también por un presunto vaciamiento de los mismos. Desde Cambiemos respondieron con denuncias de pago de sobreprecios, y acusaron a la ex presidenta de inaugurar “cáscaras vacías”.
Aunque ya se dijo que no pertenece a aquellos, el Hospital Cuenca Alta también fue motivo de polémica. De hecho, el titular de la bancada de Cambiemos en el Consejo Deliberante de Cañuelas, Leonardo Iturmendi, dijo que “el kirchnerismo fue incapaz de hacerlo funcionar”, y que “ni siquiera estaba en el presupuesto provincial en la gestión de Scioli”. Y agregó que “la puesta a punto del Hospital se hizo de a poco y por etapas”. De hecho, como ya se consignara, para 2018, el establecimiento contaba con 100 camas y la provincia aportaba el 30% de su presupuesto para hacerlo funcionar, según informaron los ediles de Cañuelas en el informe presentado en junio de aquel año.
Desde el entorno de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, se defienden diciendo que debido a los graves problemas de infraestructura con los que se hallaron, optaron por reforzar los viejos hospitales. Por caso, el Hospital Regional de Mar del Plata recibió inversiones entre 2017 y 2018 para la puesta a punto de salas de terapia intensiva e intermedia, y para nuevos consultorios externos.
El 17 de febrero de 2014, el gobierno bonaerense de Daniel Scioli anunció la inversión de $100 millones para el nosocomio marplatense, para “resolver gran parte de la problemática de su estructura física”. Sin embargo, en noviembre de 2015, este cronista pudo recorrer el establecimiento con el Dr. Alejandro Loretti, delegado de CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de Salud de la Provincia de Buenos Aires), pudiendo constatarse que, por ejemplo, un piso del mismo había sido construído en porcelanato, por lo que apenas comenzaron a rodar las camillas, el piso terminó hecho añicos. A su vez, como nadie supervisó las obras de desagües de los baños de las salas, al utilizarse éstos, el agua escurría hacia los pasillos, dando lugar a inundaciones. Así mismo, los sistemas de calefacción también eran declaradamente deficientes, cubriendo apenas la mitad del piso, y la fachada del hospital también acusaba una realidad de abandono: sólo estaba pintada su mitad más visible.
“Construir un hospital es muy sencillo. Lo difícil es equiparlo”, asegura una alta fuente médica de Mar del Plata. Y pone de ejemplo el frustrado intento de construcción de un hospital municipal en la ciudad, que se anunció en 2016 para descomprimir el desbordado Sistema de Salud local.
En la ciudad de Cañuelas funciona el Hospital Municipal “Dr. Ángel Marzetti”, inaugurado el 18 de octubre de 1925. La localidad tiene a la fecha 146 personas con aislamiento sanitario y un fallecido, Juan González, el peón rural de Udaondo, un pueblo de apenas 400 habitantes.
Si bien el Cuena Alta está funcionando, descomprimiendo de este modo la situación de 5 municipios, lo cierto es que la demora en su puesta a punto expone la desidia y la corrupción del Estado argentino con uno de los derechos que debe garantizar, nada menos que la Salud Pública. Potenciado, en este caso, por la posibilidad cierta de un pico de casos de coronavirus en el país en las próximas semanas, y el temor a que el Sistema de Salud no pueda responder. Como dice una alta fuente médica marplatense con un amplio recorrido hospitalario: “Un Hospital nuevo, no está preparado para enfrentar una potencial embestida de enfermos. Es como un bebé que está empezando a caminar”. Pablo Portaluppi
Excelente y triste muestra de como funciona el "estado" Argentino, al que millones de tontos defienden para defender su currito o su puestito de parásito en alguna municipalidad.
Cuando más socialista sea la salud, la seguridad, la educación y todo lo que se mueve en el país.Peor nos irá.Brillante nota!!!
Seguimos con el culto a la personalidad de un delincuente. Calco de Perón y Eva, en sus mejores épocas de inauguraciones, con sus nombres en letras de molde y en Bronce.
¿Y el Hospital de Ituzaingó? ¿Vá a tener más inauguraciones que el de Ciudad Evita? Este país es una joda.