Aquí y ahora acuso de complicidad de genocidio de los ancianos argentinos en complicidad y a pedido de Cristine Lagarde y el FMI. Paso a fundamentar en qué me baso para esta seria acusación.

Primero: el gobierno, ante la pandemia del coronavirus en el mundo, decretó una cuarentena estricta a punto que a medida que pasaron los días crecieron las sanciones y multas para evitar cualquier tipo de contagio, al punto encarcelar personas, secuestrar vehículos y sancionar con grades multas a quienes violaran la cuarentena, esta situación genero un estado de angustia y de miedo en la población en general.

Más allá del descuido del primer momento, donde el improvisado ministro de Salud aseguro que su imprevisto visitante adelantó su llegada y lo tomó desprevenido. no obstante, después del zafarrancho inicial y el desconcierto demostrado, comenzaron a tomar medidas extremas que la sociedad en función del exagerado peligro del contagio y el miedo instalado por los medios, aceptó de buen agrado la cuarentena decretada.

Esto sorpresivamente fue el día 19 de marzo. A partir del día lunes 23 la cuarentena fue casi total incluido el cierre de bancos con atención al público.

Todos saben que los jubilados cobran sus haberes por la terminación del número final de su documento identidad, lo que determina que cientos de miles de jubilados que cobraban entre el 23 de marzo y el 2 de abril sus haberes jubilatorios quedaron atrapados en los bancos sin poder hacer efectivo el cobro de dichos haberes.

Segundo: la situación económica generada por esta situación en cientos de miles de jubilados, genera en ellos necesidades concretas que se agravan ante la imposibilidad de trasladarse, al igual que los familiares que podrían auxiliarlos.

Muchos jubilados, a consecuencia del agobio y necesidades de urgencias, entran en un estado de angustia y estrés que deteriora enormemente su estado de salud bajando sus defensas.

El presidente elige para el pago el día viernes 3 de abril junto a todos los jubilados, que con seguridad ante sus graves necesidades saldrían corriendo aún a costa de su salud a retirar los miseros pesos que les quedaron atrapados.

Cualquiera diría es una casualidad, pero ¿el gobierno que decretó la cuarentena para preservar la salud de la población no tuvo en cuenta lo que pasaría ese día? ¿O acaso había terminado el peligro de contagio?

Sin duda son improvisados, por decir algo liviano. Pero no cierra... son perversos asesinos que mandaron a los jubilados al matadero como ovejas, destinados al matadero.

Por último, vimos los resultados de la cuarentena de las necesidades, ¿cuántas de esas personas mayores corren el riesgo de contraer el virus? ¿Cuántas morirán a consecuencia de lo sucedido el viernes?

Salvo que esto sea joda, es incomprensible pensar que no tuvieran en cuenta las consecuencias posteriores al día 3 de abril. Si esta situación ha sido programada, será uno de los actos criminales disfrazados de la historia.

Lo que llama poderosamente la atención es que el corona virusmata en mayor proporción a la gente mayor, como si hubiera sido creado para atacar a los viejos.

Las palabras de Lagarde cuando era directora del FMI fueron: "El problema de los jubilados es que viven mucho tiempo y eso podría generar una grave crisis económica global; hay que hacer algo y ya".

Como se interpreta, “el problema es que viven mucho y hay que hacer algo ya” será disimuladamente exterminarlos. Dios dirá, ojalá esté errado y me equivoque, pero, si es así, lo hago por lo que nos muestra Italia, una sociedad geronte y miremos la cantidad de muertos.

Dios quiera que me haya equivocado, pero... piensa mal y acertarás.

Rubén Gioannini
Tiemponacional1050@yahoo.com.ar
Presidente de la Mesa Nacional de Jubilados