El pasado 15 de mayo, Alberto Fernández anunció en Olivos la creación de un test de diagnóstico rápido de coronavirus (Covid-19) desarrollado por científicos argentinos.
El test, denominado "Neokit-Covid-19", permitiría conocer en menos de dos horas si el individuo analizado es portador del virus o no. En comparación, los tests utilizados hasta ahora tardan entre 10 y 12 horas, comentó el presidente de la Nación.
“Estoy muy contento. Esto nos permite enfrentar el control de la pandemia de otro modo”, aseguró el mandatario durante la presentación, en la que estuvo acompañado por los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Roberto Salvarezza, y de Salud, Ginés González García.
Sin embargo, todo pareciera ser parte de una movida política propagandística más que otra cosa. Datos para entender:
El primer punto es la innovación argentina. Sabemos que en el Conicet hacen un esfuerzo admirable, pero parece que los están usando desde la política para hacer un acto de propaganda. Arranquemos con lo primero: no hay ninguna innovación pic.twitter.com/nFEGDFLJeB
— Nacho Montes de Oca (@nachomdeo) May 18, 2020
En realidad, variantes del desarrollo del método LAMP tiene 20 años y las patentes fueron concedidas en 2008. Se les otorgaron Todd Denison Pack y Xiakong Deng en EEUU y a un grupo de científicos japoneses en Europa. Pasaron 12 años. pic.twitter.com/8by0ZzOqGs
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Pero además, el usar el método LAMP para detectar el coronavirus ya fue reclamado el 29 de febrero de este año por un equipo del New England Biolabs de EEUU. Allí, describen el mismo método que la presidencia argentina anunció como logro local pic.twitter.com/AmAERHf75f
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Y por si fuese poco, también se describe en otro documento de la empresa japonesa Eiken Chemical Co Ltd del 18 de marzo pasado. Ambas empresas, ya comercializan en todo el mundo kits rápidos basados en el LAMP, que por lo tanto no es un logro argentino como se dijo pic.twitter.com/7vbhoq0aHo
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El problema es que si las patentes son de otros, Argentina debería pagar un royalty por usarlas. O usarlas, pero no podría venderlas al exterior porque se comería un juicio por plagio. Sucede que somos uno de los pocos países que no firmamos los acuerdos de respeto de patentes
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El acuerdo se llama Patent Cooperation Treaty del cual forman parte 150 países. No estamos obligados a respetar la propiedad intelectual, pero tampoco podemos pedir respeto por nuestras patentes y se hace engorroso vender productos originaleshttps://t.co/jwpvxvume5
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Pero volvamos a los kits. Se anunció que el “Neokit” argentino costará de 8 dólares. Eso es cuatro veces más que el que comercializa New England Biolabs desde hace un tiempo, cuyo valor unitario es de 2,08 dólares. ¿Dónde está la diferencia si no se pagan derechos de patentes? pic.twitter.com/LpocPBPWt3
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Y otra cuestión ¿Si es un desarrollo del Conicet y de la Fundación Cassará –sin fines de lucro-por qué su comercialización estaría a cargo de una empresa privada llamada Neokit SAS creada en 2018? Sus propietarios son Adrián A Vojnov y Norberto J Jais. pic.twitter.com/sUnHJHPfkZ
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Si Vojnov es Coordinador Administrativo del Centro Milstein del Conicet, ¿Acaso ya no cobró de su sueldo estatal una remuneración como para además recibir un extra por medio de una empresa? Es pregunta, no acusación pic.twitter.com/AW0H0gk9lX
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En el caso de Jais, es socio de la familia Cassará en los laboratorios Apotex SA y Austral, quienes a su vez sostienen a la fundación que lleva su nombre y aportaron un esfuerzo para desarrollar le kit rápido mediante una entidad que por supuesto es sin fines de lucro
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En ninguna de las ediciones del Boletín Oficial se menciona el ingreso del Estado a Neokit SAS, por lo que se presume que quien va a comercializar el kit es una empresa 100% privada. En los convenios publicados por el Conicet, solo se menciona a la empresa por otro asunto
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Veamos los números. El presidente anunció la producción de 100.000 kits semanales, que a ocho dólares por unidad crea un negocio cautivo de 800.000 dólares semanales y de al menos 3,2 millones de dólares mensuales para Neokit SAS. Es bastante dinero pic.twitter.com/SzalJnq0DH
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Hacerlos mediante una empresa de la que no es parte protege al estado argentino de una demanda por plagio por la producción de productos protegidos por patentes que no posee. Y además, dirigir una importante suma a una empresa privada en un momento de urgencia…
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