El Banco Central Europeo acaba de brindar un informe en el cual pronostica que la caída de la zona euro se ubicará entre el 8% y el 10% de su PBI, aun cuando la Comisión Europa se apresta a aprobar un paquete de ayuda de unos 750.000 millones de euros. De este total, unos 250 mil millones consistirán en préstamos para las pyme a muy largo plazo, mientras que el resto -medio billón de euros-, serán aportes no reintegrables, de los cuales la mayoría tendrán como destino a Italia y a España, los dos países con mayor número de víctimas y de infectados.
También las estimaciones de los europeos pronostican que la recuperación será muy lenta y que tendrá muchos altibajos. Si bien esperan que la temporada estival del hemisferio boreal pueda traccionar al resto de la actividad, en especial en países donde el turismo y la hospitalidad representan entre un 15% y un 20% de su PBI. Pero tampoco descartan que pueda haber dificultades para reinsertarse en la cadena de empleo para muchos ciudadanos porque la reacción de las economías va a distinta velocidad, según se trate de un país respecto de otro.
Algo similar ocurre en los Estados Unidos. La primera potencia del planeta no descarta que los picos de desempleo se queden a vivir durante una gran parte de 2021, y recién esperan que la economía pueda absorber la demanda laboral a partir de 2022.
En el Libro Beige de la Reserva Federal se da cuenta de estos vaivenes. En su informe de mayo, la FED dijo que “la actividad económica disminuyó en todos los distritos. El gasto del consumidor se redujo aún más, ya que los cierres obligatorios de establecimientos minoristas se mantuvieron en gran medida durante la mayor parte del período de la encuesta.
Los descensos fueron especialmente graves en el sector del ocio y la hostelería, con muy poca actividad en negocios de viajes y turismo. Los banqueros informaron una fuerte demanda de préstamos PPP. Aunque muchos distritos expresaron la esperanza de que la actividad general se recupere a medida que se reabran las empresas, el panorama seguía siendo muy incierto y la mayoría de los distritos eran pesimistas sobre el posible ritmo de recuperación”.
Los préstamos PPP son los que están destinados a las personas que se quedaron sin empleo y reciben una ayuda adicional no reintegrable de unos 1.200 dólares, además del seguro de desempleo. Estas son las dos regiones del planeta que ya han alcanzado su pico de infecciones y entran en una fase final del confinamiento, para dejar atrás la pandemia.
En este contexto, la Argentina está todavía en una etapa embrionaria de la crisis sanitaria y la incertidumbre es total. Mal manejada la crisis, sin recursos y con un final abierto debido al colosal problema sanitario del conurbano bonaerense.
En default o no, los recursos en el país son escasísimos porque es un país que destruyó el ahorro, el capital y solo depende de la ilusión de imprimir billetes sin respaldo.