La alianza peronista enfrenta horas de definiciones para darle un perfil definitivo a la administración de los Fernández. En las últimas horas, la velocidad que implementó uno de los sectores de la alianza gobernante sorprendió a todo el mundo. Más a la propia tropa.
El avance sorprendente para algunos en el caso Vicentin es un dato revelador de la apetencia de los jóvenes -ya no tanto-, de La Cámpora por quedarse con alguna empresa determinante de la economía, eso sí pagando la Nación Argentina, pero disfrazando la operación de “soberanía alimentaria”.
El Presidente Alberto Fernández decidió avanzar con la expropiación de la empresa ante el fenomenal y sorprendente avance de La Cámpora, en medio de la pandemia, y ante la pasividad de los dinosaurios del peronismo. Tal es la apetencia del sector juvenil que decididamente ya opacó la figura de CFK que está centrada exclusivamente en sus problemas judiciales.
La ocupación de cargos clave en la ANSES, en la provincia de BS.AS., en el servicio penitenciario y la participación del Ejército en determinados distritos deja entrever una penetración intensa de los jóvenes. El escándalo de la compra de alimentos en el Ministerio de Desarrollo Social dejó el terreno allanado para que las organizaciones sociales que son manejadas por La Cámpora, se hagan cargo de las compras.
Las tomas territoriales y la distribución de alimentos con la protección política de la agrupación son otra muestra del avance camporista y la peligrosa alianza creciente con las iglesias neopentecostales que pululan por el conurbano de manera creciente y desordenada y que no se sabe de qué manera se financian. ¿Cómo mantener semejante polvorín inestable en calma?
En la intervención de Vicentin se vió otra muestra de ese avance. El interventor designado es Gabriel Delgado y quien debiera estar al frente de la gestión. Sin embargo, es el subinterventor Luciano Zarich, miembro de La Cámpora, quien se hizo cargo efectivo del control.
Vicentin es para La Cámpora, el brazo financiero que le permite contar con una vía hacia el comercio exterior que le proporcione divisas frescas para financiar su proyecto político a futuro.
Por qué Vicentin y no otra empresa de otro punto del país? De nuevo, empresa en dificultades, es una presa fácil y máxime si maneja comercio y embarques a granel, salida a la hidrovía y flujo de divisas frescas en una economía que ajusta por inflación.
¿El resto de los negocios de Vicentin? Es lo de menos, no sirve, puede ir a la quiebra.
Así se intenta conectar todos negocios. Desde la ocupación de tierras y control de villas en el conurbano hasta la terminal portuaria del norte rosarino, con un seguro ingreso de divisas. Todo este avance se hizo al estilo blitzkrieg nazi, rápido y demoledor, ante el desconcierto de los gerontes peronistas. ¿Qué hará Alberto?