Humillado por el coronavirus, el sistema neoliberal parece haber quedado fuera de época para resolver el aumento de la pobreza, la falta de recursos en los sistemas de salud o el desplazamiento de millones de refugiados que sufren los efectos de la pandemia.
Una evidencia de la magnitud de la peste la dio esta semana la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel cuando dijo a un grupo de diarios europeos que "Europa aún no está suficientemente preparada para soportar la crisis".
La Covid-19, originada en China en diciembre pasado, golpeó duramente al viejo continente donde Alemania, Francia e Italiana, entre otros países, no dudaron en iniciar un proceso para nacionalizar algunas de sus empresas más emblemáticas.
A mediados de mayo, la Comisión Europea aprobó una norma para permitir la entrada de sus estados en compañías grandes o pequeñas, que coticen o no en la bolsa, para garantizar la viabilidad de una empresa.
La medida, dirigida a firmas afectadas por la pandemia, elevó la ayuda estatal de 108 millones de dólares a cifras superiores a los 270 millones de dólares, según la revista económica Expansión.
"El discurso neoliberal ha quedado fuera de época. La crisis pandémica lo que hace es dar un golpe más", dijo a la agencia de noticias Télam Bernabé Malacalza, especialista en Relaciones Internacionales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Para el analista, que es profesor en Ciencias Sociales de la Universidad de Quilmes, "los Estados son los que crean espacio fiscal, toman las riendas de la economía. En este mundo, el discurso neoliberal no funciona".
"Sin embargo, el regreso de los Estados tiene dos caras: una mayor participación para garantizar el acceso a servicios esenciales como la salud, de un lado; pero, también, una mayor presencia en términos de control y seguridad", señaló.
De todos modos, Malacalza previno que "el discurso neoliberal está desarmado, pero no muerto" y señaló que "aún cuando su mensaje no funciona con la desglobalización o la crisis de globalización, puede tener rebrotes o prender en quienes se oponen a las cuarentenas o a medidas de intervención de los Estados".
Italia, uno de los países más afectados por la Covid-19, anunció a principios de mes la nacionalización de la compañía aérea Alitalia, mientras que Alemania acudió al rescate de empresas como Adidas, vía préstamo, y será además el principal accionista de la aerolínea privada Lufthansa, con un aporte de más de 8,5 millones de dólares.
El Estado francés ya es accionista en empresas claves como las energéticas Engie y EDF, la de telecomunicaciones Orange, la automovilística Renault o la aerolínea Air France-KLM.
"El papel del Estado no ha sido fortalecido por la pandemia, a diferencia de lo que muchos opinan. El Estado está para garantizar la estabilidad politica, económica y social de un país", dijo a Télam el economista Sebastian Maril.
"La intervención del Estado en sociedades privadas debería ser temporaria y, en los países desarrollados, efectivamente esta intervención culmina una vez que la empresa devolvió los fondos aportado por el Estado más intereses", señaló.
Maril, director de Research for Traders, una publicación que analiza los mercados financieros, dijo que "esta realidad la vimos en Estados Unidos, tras la crisis sub-prime de 2008-2009, y lo estamos viendo ahora".
El economista se refiere a la quiebra de la financiera estadounidense Lehman Brothers, ocurrida el 15 de septiembre de 2008, que provocó una de las peores crisis globales de la historia.
A fines de mayo de 2009, el gobierno del ex presidente demócrata Barack Obama intervino con ayuda estatal para salvar a la legendaria empresa automotriz General Motors (GM), que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. Por esa actitud, el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos fue criticado por la oposición republicana que lo acusó de "implementar el socialismo" en el país.
La crisis económica desencadenó la bancarrota de Chrysler, que también fue rescatada con dinero público. Y Ford también recibió un crédito para evitar seguir el mismo camino que GM.
"El accionar de los diferentes gobiernos se limita a la ayuda económica para garantizar la estabilidad política, económica y social, y, una vez alcanzada esta estabilidad, se retira para dejar que la economía vuelva a funcionar como lo hacía previo al comienzo de la pandemia", opinó Maril.
La Covid-19 ha agravado también otro problema que fue citado recientemente por el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres en sus informes: el desplazamiento de millones de refugiados.
Guterres, sin precisar un periodo de tiempo concreto, dijo que casi 80 millones de mujeres, niños y hombres de todo el mundo se han visto obligados a abandonar su hogar como refugiados o desplazados internos.