El presidente Alberto Fernández trató de llevarle un poco de tranquilidad a los empresarios, luego de unas semanas en las que la crisis de Vicentin generó algunas dudas sobre cuál es el pensamiento del gobierno sobre la economía, y el posible plan de salida de la cuarentena.

El primer mandatario prometió que va a liberar el tipo de cambio “en la medida en que el frente externo lo permita”.

Así lo confirmaron fuentes empresarias a agencia Nuevas Palabras, que estuvieron en el encuentro con el primer mandatario en Olivos, donde el titular del Poder Ejecutivo volvió a trazar algunos lineamientos generales sobre el plan para la salida de la cuarentena en lo que se denomina “nueva normalidad”.

“Yo se que no se puede crecer con cepo, nuestro objetivo es in liberando el tipo de cambio a medida que el frente externo lo permita”, dijo Alberto Fernández, palabras más, palabras menos, según relató uno de los asistentes al encuentro con motivo del Día de la Independencia. Estuvieron el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, el de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina y el de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, entre otros.

Si bien la definición del presiodente indica que para el gobierno la idea es que el tipo de cambio debe fluctuar para poder impulsar el crecimiento del PBI, también advierte que por ahora no hay condiciones para ello. En el futuro tiene que impulsar seriamente las exportaciones, no solo de bienes con valor agregado. Van a tener que trabajar sobre toda oferta posible.

Para apoyar la definición de Alberto Fernández, el Banco Central decidió seguir flexibilizando el “cepo al dólar importador” que arrancó desde el 29 de mayo, con la Comunicación 730. Decidió elevar a un millón de dólares el acceso libre al mercado de cambio para que las empresas puedan cancelar cartas de crédito.

Pero todavía no alcanza. El gobierno tiene que termina de dar certidumbre, sobre todo con la cuestión de la renegociación de la deuda. El acuerdo servirá para borrar algunas dudas sobre el futuro de la cotización del dólar, que es lo que hace, entre otras cosas, que los productores de soja se queden con sus granos en bolsas.

El gobierno apunta a la salida de la pandemia a avanzar con un clásico paquete de medidas fiscales, de créditos, subsidios y gasto público. En términos fiscales, lo que mas seduce a los empresarios es el Plan de Industrialización Federal que consiste en la posibilidad que tendrán las empresas de poder compensar sus contribuciones a la seguridad social con el IVA. En la medida en que la empresa esté mas alejada de la ciudad de Buenos Aires, mayor porcentaje de compensación tendrán. Es un incentivo así a contratar mas mano de obra, o de blanquearla.

El punto que puede ser mas controvertido es la idea de poner en marcha una Reforma Fiscal que anule lo que pretendió hacer la reforma del 2017 del macrismo. La idea de ese cambio era la de reducir los impuestos sobre las actividades productivas, tratando de poner en linea del Impuesto a las Ganancias con las alícuotas que se cobran en el mundo, en el orden del 24% aproximadamente. Era un incentivo a la inversión de las empresas. Ahora se trata de volver a subirle los impuestos a las empresas y bajar los impuestos al consumo. Pero se trata de acomodar las mismas fichas de manera diferente. Tributaristas consideran que si bien la progresividad fiscal es mas justa con las personas, también el Estado tienen que reducir en general el peso tributario sobre el sector privado.

Luego el gobierno tiene pensado poner en marcha una serie de prestamos a las pymes y las empresas a través de diferente fondeo. El BID ya puso en marcha una linea de u$s1800 este año, para pequeñas y medianas empresas.

El capítulo de obras pública consiste en retomar una idea que lanzó Alberto Fernández al inicio de la gestión del nuevo gobierno. La idea es impulsar la pequeña obra pública en los municipios, que genera una inmediata demanda de mano de obra de carácter local, que tienen mucho impacto en lo cotidiano, como puede ser el arreglo de veredas, plazas, pavimento.