Es irrisorio, podría considerarse incluso de insólito que aún hoy la vicepresidenta Cristina Fernández se considere abiertamente una persona libre de toda culpa y cargo. Pero lo que es aún peor es que una masiva parte de la sociedad ponga en tela de duda el hecho de que la ex presidenta haya cometido algún acto de corrupción.
Es como si lo que vienen sosteniendo puntuales jueces y fiscales se hiciera agua, o como lo que viene sosteniendo el periodismo se desvanezca como arena entre dedos. Es realmente curioso el sesgo ideológico.
No bastan libros como Dosier k, Kartell, La Ruta del Dinero K, El Origen, Ella Miente, Juicio y Castigo, Década Robada, Rekaudador, Las Bóvedas Suizas, La Dueña, entre tantos otros para demostrar la terrible corrupción que gobernó –y que actualmente gobierna- el país.
No alcanzan las largas horas de trabajo de puntales periodistas de investigación para descubrir y llegar al fondo de tramas tan rimbombantes como peligrosas. Tampoco el escarnio que éstos sufrieron por parte de dirigentes y fanáticos militantes kirchneristas.
Tampoco sirve para ello que la propia Cristina se haya sincerado al hablar de la “evaporación” de los fondos de Santa Cruz y, para colmo, continuar como si no hubiese dicho nada. Como si esas palabras y la falta de un accionar en sí mismo no representaran el mayor acto de impunidad.
Lo antedicho viene a cuento de un twit que supo publicar la ex jefa de Estado en su cuenta oficial de twitter: “No hay argentino más impune que Mauricio Macri. Espero que algunos argentinos y argentinas se den cuenta” redactó el pasado jueves 6 de agosto a las 20:32 horas –desde su iPhone, por supuesto-.
Es realmente llamativo, siendo que ha sabido zafar de las causas que la han estado persiguiendo gracias a los fueros parlamentarios que supo obtener en el 2017 al conseguir una banca en el Senado de la Nación.
Nadie dice con ello que el ex presidente Macri no deba rendir cuentas ante la Justicia. Sin embargo, si de impunidad se habla, ¿Cómo olvidar que Florencia Kirchner, hija de CFK, se “escapó” a Cuba durante un año y medio justo cuando los Tribunales Federales la llamaban a declarar?
Bastante sugestivo resulta que haya podido volver no bien el nuevo Gobierno copó la Casa Rosada.
Pero no es algo novedoso, ¿O no viajó Cristina, por ejemplo, en septiembre del 2016 a Ecuador a visitar al ex presidente Rafael Correa? Eran aquellos momentos en que empezaban a pesarle dramáticamente causas como Hotesur y Los Sauces.
Cómo olvidarse los grandes escándalos de la política argentina del nuevo milenio que tuvo a Cristina y/o a su difunto marido, el ex presidente Néstor Kirchner, como protagonistas.
Las valijas de Antonini Wilson, Southern Winds, Ciccone, la cartelización pública, La Mafia de los Medicamentos, los ya mencionados fondos de Santa Cruz; son solo algunos de ellos
El hecho de que CFK aparezca en el panel de conocimiento del buscador Google como “Ladrona de la Nación Argentina” es un dato en sí mismo, ya que está más vinculada a sus actos de corrupción que a su ocupación o los otrora puestos que supo ocupar.
Eso la hizo enojar tanto que terminó demandando al grande de internet, un acto que per se representa la opacidad en su propio imaginario respecto de ella misma. Bien podría demandar, entonces, a todos aquellos quienes la han tildado de esa forma o alguna similar.
En fin, no hay remate, tampoco dudas porque, hay que decirlo, no cualquiera tiene el “merito” de estar imputado en una decena de causas y haber llegado a tener 7 pedidos de prisión preventiva.
Más aún, con un frondoso prontuario como el aquí descripto, cómo puede ser que hoy sea la vicepresidenta y la práctica presidenta de la Nación. Sin duda alguna, Cristina Fernández es la argentina más impune.
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