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¿QUÉ PASA EN EL MUNICIPIO DE MORENO?

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OTRA VEZ LA DISCRIMINACIÓN
OTRA VEZ LA DISCRIMINACIÓN

Otro caso de discriminación en Moreno

    Por más de 20 años, fue habitual en la plaza San Martín de la ciudad de Moreno ver pequeños puestos de venta ambulante atendidos por personas con capacidades especiales. Estos lugares de venta poseían el permiso municipal correspondiente otorgado a estos ciudadanos por razón de humanidad y respeto por el que lucha por la supervivencia y desea emprender esta idea en una forma autónoma.
    Administraciones municipales otorgaron estos permisos conforme a la ley 22.431 donde  en su articulo 11 se establéese: “en todos los casos en que se conceda u otorgue el uso de bienes del dominio publico o privado del Estado Nacional o de la Municipalidad de Buenos Aires. Para la explotación de pequeños comercios, se dará prioridad a las personas discapacitadas que estén en condiciones de desempeñarse en tales actividades, siempre que las atiendan personalmente”. 
    En otras épocas era gustosa actitud de apreciar la administración que tenía el distrito respetando esa vieja ley, y facilitando la integración de los ciudadanos que poseían capacidades especiales con el resto de la población.
    No recuerdo en mi memoria algo tan digno para una persona como es la cultura del trabajo y el orgullo de  realizar su propia autosuficiencia, ya lo hemos leído en lecturas bíblicas la frase “te ganaras el pan con el sudor de tu frente”  


Me dijeron que en el reino del revés, nada el pájaro y vuela el pez

    Lamentablemente, desde hace aproximadamente dos meses, dichos puestos ambulantes no se divisan en estas latitudes. En su defecto, se podrá notar la presencia de distintas promotoras de casas de créditos o veredas cubiertas por conocidas firmas de importación del lugar. 
    A
los vendedores "con derecho justo" sólo se los podrá encontrar luchando por recuperar lo despojado (Ver foto al pie), cortando en ocasiones la entrada al centro de trasbordo que inauguró el Presidente Nestor Kirchner hace unos meses. Es penoso presenciar el hecho impune de funcionarios que despojan al que menos tiene, como también lo es saber que estos ciudadanos poseían la correspondiente documentación (certificado de discapacidad) que la ley demanda y que sus derechos son soslayados sólo por no ayudar a llenar las arcas del municipio.


Titanes en el ring, hoy se vuelven a encontrar

    El director de comercio de la municipalidad, Marcelo Gómez, es conocido por su accionar de poco trato para con el contribuyente. Este poco simpático funcionario, deambulando por la plaza de la discordia con motivo del desalojo de los puestos ambulantes, fue alcanzado hace unos días por uno de los representantes de los puesteros. Cuando este intentó trasmitir su demanda, descubrió que el funcionario -parco de respuestas- hizo caso omiso de lo reclamado, demostrando un dejo de indiferencia en su accionar. Entonces, al ser víctima de la impunidad de los que ostentan un cargo directivo sin sensibilidad, al ver que las palabras no eran el lenguaje de este ilustre ejemplar de la discriminación, el representante de los puesteros estalló en cólera y le impartió un "carpetazo". Todo producto de la bronca.
    Una típica característica de los funcionarios de la última década en el ámbito municipal es ponerse una especie de coraza y sentir que pertenecen a un estrato social superior al del vecino común, dando como consecuencia de esta triste fórmula, un gobierno obtuso y una administración mediocre.


En la lucha de ideas, las ideas que no se expresan no luchan

   
Carlos Sánchez es un vendedor ambulante con capacidades especiales que desde el año 1983 trabaja como "comerciante individual". Así lo hacía hasta que lo tomó por sorpresa la arbitraria medida del Ejecutivo municipal. Comenzó a peticionar el respeto de sus derechos por medio de la CONADI (Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad), y el organismo no tardó en enviar cartas al municipio (Ver documento al pie), una dirigida al presidente del Concejo Deliberante y otra al señor intendente Andrés Arregui. Cuestiones de burocracia hicieron que aún no se tuviera respuesta y mucho menos solución para reparar el daño causado.
   
Raúl Omar Pérez es otro vendedor con capacidades especiales que también cayó en las redes de la discriminación local. Su caso es de notar porque al momento de la descarada actitud del municipio, contaba con la boleta de efectivo pago por el permiso de venta ambulante que le cobraba el municipio.
    Ni siquiera se salvó el vendedor de cubanitos. Un abuelo que nos deleitaba con el exquisito bocado, también fue estorbo para la administración local.  Es conocida además -gracias a un canal de cable Moreno- la denuncia pública que hizo un integrante del Centro Cultural de la Colectividad Boliviana con motivo de la inauguración del mencionado centro, que iba a contar con la distinguida visita del cónsul de Bolivia. Pero por esas cosas que uno nunca sabe, el municipio no le habilitó el pertinente local.


Al mundo le falta un tornillo, que venga un mecánico

   
Por todo lo expuesto, es obvio que estamos representados por funcionarios que tienen muy relegados sus actos de humanidad, donde no se respetan leyes y se hace caso omiso al reclamo de instituciones de defensa de Derechos Humanos. Se da prioridad al libre comercio antes de obedecer derechos adquiridos por personas legitimadas por ley. 
   
Estos nuevos funcionarios se creen hacedores de una excelente administración gracias a la dádiva del gobierno nacional, que cedió al distrito planes de vivienda y un centro de trasbordo, sin notar que transitando tan sólo 200 metros hacia fuera de la estación ferroviaria uno experimenta un camino tan sinuoso en las calzadas rotas que la palabra "civilización" se siente como si se hablara de otra época.
    Ojala que todos estos daños que han sido provocados por la incompetencia administrativa lleguen a buen puerto. Que los vendedores y otros damnificados que sufrieron aparte de la discriminación, una gran perdida en su patrimonio, el Estado o el Poder Judicial le solucionen integralmente el daño sufrido, y que nunca más el Estado haga oídos sordos ante los actos de un funcionario que se le ocurre quebrantar sus derechos. 
   
Mientras tanto, los damnificados seguirán esperando, acampando en la plaza San Martín en una especie de carpa blanca. Luchando por un derecho que para el palacio municipal es simplemente una utopía.

 

Pablo Caruso

Y... ¿Qué pasó con Marcelo?

   
Marcelo sigue en la lucha por conservar una vivienda digna (1) sin tener respuestas de los que lo llenaron de promesas. El O.N.A.B.E. le ofreció una casa, pero parece que esto fue escrito sobre el agua, porque de la vivienda prometida aún no se tiene conocimiento. 
    Por otro lado, lo ofrecido por el municipio para resarcir el daño, tampoco se hizo material. El Sr. Gradín,  funcionario municipal,  le comunicó ahora a Marcelo que la comuna no cuenta con dinero para salvar su situación, otra promesa que no tiene respuesta en Moreno.

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2572

 

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