Uno de los dos expresidentes tiene que caer. En cana.
Entre los delirios hoteleros de La Doctora con los bolsos infatuados contra las estampillas del correo o el espionaje berreta de Mauricio Macri.
Síntesis de la política banal que garantiza, para la Argentina, la categoría del Estado Fallido.
Sin nada que envidiarle a Libia, Sudán, Somalía.
En el contexto de tanta idiota confrontación. Por pel…
La epopeya del poder conduce al riesgo de cárcel.
Por el error de transformar la Justicia en el campo de la batalla.
“Son tus jueces contra los míos”. El que pierde, paga.
Es tu canal y tu diario con tus periodistas contra mi canal y los periodistas míos.
Y aquel que pretenda la abstracción profesional de la objetividad es un tibio.
Un salame que merece ser agraviado por cualquiera de los dos bandos.
“El juez más leal es aquel juez aún no designado”, confirma la Garganta sabia.
“La vacancia nunca traiciona. La subrogancia tal vez sí”.
Desde el bando de La Doctora se intenta trasladar a los dos jueces adversos. BB.
Amparados por la cautelar de otra jurista distinguida.
Pero a los jueces, estampados como macristas, se los van a cargar igual. Se los van a llevar puestos como echarpes. O preservativos.
Desde el bando de Macri pugnan por trasladar directamente las causas. Cajones colmados, escritorios, edificios enteros.
Los macristas no pudieron conseguir el desplazamiento de las carpetas del escritorio doctorista de Dolores.
Hacia las relajantes reposeras del confiable Comodoro Py.
Pero la insistencia táctica suele presentar, a la larga, resultados positivos.
Con la mudanza del fantástico expediente. Desde el reversible juzgado de Lomas de Zamora hacia al centro tranquilizador del Comodoro Py.
Con el procesamiento de «la María Julia del Macrismo» (cliquear). Y de El Señor 5 Pelado. La cadena ascendente llevaba, derechito, hacia el Ángel.
“Si es que no se interpone, en la pulseada, la Cámara de Casación”, confirma el entendido, cronista de guerra.
“Creen hacer creer que somos como ellos”.
“No. Son peores”.
En pleno clásico despelotado de jueces de uno y de otro bando, el presidente Alberto Fernández, El Poeta Impopular, junto a la señora ministra Losardo, La Albertista, impulsa la Reforma Judicial con destino de canasto.
La Reforma que ningún pesado de la justicia se dispone a bancar.
El proyecto de Alberto-Losardo garantiza el onanismo colectivo por los próximos cuatro meses de litigio consentido.
Antes de cesar, lacerado y vibrante, en el canasto de la historia digna de olvidarse.
El próximo Vicentín
Antesala del próximo Vicentín.
Apasionada tendencia hacia el fracaso.
Continuación de la teoría de Jorge Luis Borges. Enuncia:
“Las únicas causas dignas que debe defender un caballero son las causas perdidas”.
Por eso Vicentín. El BID para joderlo a Claver Caronne, a Donald Trump y al Argentino Enigmático.
Y ahora la Reforma Judicial. Para continuar con la decadente caballerosidad de Borges.
Batallas perdidas que permiten el entretenimiento lúdico de sectores desprejuiciados del doctorismo.
Los que decidieron frontalmente divertirse. A expensas de la facilidad de los periodistas para tomarse a sí mismos con rigurosa seriedad.
Para gastar también a las empresas mediáticas (en especial a una).
A las asociaciones inútiles de la magnitud de Adepa, que resultan ideales para jugar al truco. A AEA, que aprovecha para figurar en algo noble.
Porque entran en todas las jugadas, con una inocencia estremecedora.
Creen pontificar sobre sagradas cuestiones de principios y se extravían en la defensa de la libertad de prensa.
Sin darse cuenta que los cargan. Los toman para la chacota. De puntos. Se digieren de risa.
“Saltaron como leche hervida”, confirma precariamente el senador Oscar Parrilli, El Incomparable Godfrey.
Se trata del consagrado autor de la Enmienda Parrilli.
Es la provocación que genera la solemne defensa corporativa de los íconos de la profesión.
“No se preocupen que nadie va a ir preso, pueden mentir tranquilos”.
“Aprieten, chicos, aprieten”, incentiva la doctora Graciana Peñafort.
La Simpática Letrada complementa la simulada algarabía de La Doctora.
Por la indignación unánime de los periodistas que entraron en el aro por una palabra clavada en medio de un inciso que no tiene la menor importancia.
La Doctora, como es bicha, sabe que la Reforma Judicial de Alberto y Losardo mantiene el camino del subsuelo. El epílogo de la lona.
Pero La Doctora es profesional y salva su ropa.
En el Senado la ley va a salir. Sin fritas. Pero a lo pirro.
El problema en adelante lo tiene Sergio Massa, el Conductor Minoritario.
El que venció a La Doctora en 2013. Y lo hizo volver a ganar recién en 2019.
En Diputados, el territorio de Massa, la reforma se traba.
El proyecto está en coma cuatro.
Los diputados que se referencian en el “bien pagau”, Roberto Lavagna, La Esfinge.
Son aliados selectivos que dicen, en esta cruzada, que no. Ya cobraron.
La estrategia consiste en ponerse excesivamente democráticos y escuchar las posiciones hasta de los representantes de zorros grises.
De artistas de variedades. De universidades de barrio. De legiones de abogados de medialuna enarbolada. Asociaciones sin fines de nada.
Todos aferrados, en la práctica, a las ventajas republicanas de la Ley de Presupuesto. Que arrastra las consignas patrióticas, persuasivas.
«Si no votan la Reforma, no hay fondos».
La sociedad blanca gana la calle
El gobierno, prematuramente envejecido, perdió la iniciativa.
En simultáneo, el peronismo inmanente extravió la hegemonía de la calle. Se disuelve en la ideología de la cuarentena.
La sociedad blanca le ocupó la calle perdida.
Plantea la libertad y el peronismo le responde con el riesgo de contagio.
Plantea la corrupción y se le responde que hay que lavarse las manos con alcohol en gel.
El kirchnerismo módico que gobierna nada aprendió de Néstor Kirchner. El Furia. Fenómeno Recaudatorio que invirtió mucho dinero para «controlar la calle».
Con su fuerte alianza con Hugo Moyano, El Charol. Con la multiplicación de las organizaciones sociales. Con los Buscapinas de la izquierda adentro.
El Furia solo se asustó con las iniciales movilizaciones de Juan Carlos Blumberg, El Ingeniero. Por los cientos de miles que portaban una velita encendida.
En cuanto pudo controlarlo, con su efectiva capacidad de seducción, ya. Blumberg participaba hasta de los fervorosos papelones contra la pastera uruguaya.
Como aquel festival inolvidable del Corsódromo de Gualeguaychú.
La oposición que ocupa la calle exhibe síntomas de hartazgo y de intolerancia.
Alberto alarma. Admite que no entiende las protestas de la sociedad blanca.
Contra la Reforma Judicial que en general ni conoce. Contra la corrupción. Por la libertad. Por la prisión de La Doctora.
Instiga a plantear la necesaria inmunidad para los Jefes de Estado.
Para La Doctora, para Menem, para Macri.
Pertinencia que alude, también, al compañero peronista Juan Carlos de Borbón, Rey Emérito de España.
Y ya que estamos, de paso, para el cruzado Uribe, de Colombia.
Se nota que el turco ya no recoge tanta info de los service en los bares de la zona paqueta y "blanca" de Retiro. Claro, es la pandemia. Ya que está al pedo, nos podría decir qué pasó con Facundo porque con Santiago quedó como lo que es: un mantero vendehumo
Frases elípticas Frases VENDE HUMO Frases que terminan donde empezaron... MAL Muy Mal ASÍS MUY MAL LO SUYO