Ho Chi Minh murió el mismo día que proclamó la independencia de Vietnam: el 2 de septiembre. Entre 1969 y 1945, en coincidencia con el final de la Segunda Guerra Mundial tras la rendición de Japón, pasaron 24 años. Aquel 2 de septiembre, el de 1945, el líder político del norte comunista declaró la victoria de la Revolución de Agosto.
En dos semanas, desde el 14 de agosto, la Liga para la independencia de Vietnam (Viet Minh) tomó el control de ciudades y aldeas en poder del gobierno colonial de Francia en la llamada Indochina francesa (el actual Vietnam).
Fue el prólogo de estos 75 años durante los cuales las guerras dejaron su huella.
En este aniversario, marcado por la crisis sanitaria global, el primer ministro Nguyen Xuan Phuc se comprometió ante la comunidad internacional a “trabajar en estrecha colaboración con todos los países para combatirla de manera efectiva y fomentar la recuperación y el desarrollo económico”.
El embajador en Argentina, Dang Xuan Dung, como sus colegas en otros países, debió ceñirse a una celebración vía Zoom impuesta por la pandemia.
El camino emprendido en 1945 no resultó fácil. Francia reconoció en un primer momento la independencia de Vietnam, pero, al no arribar a acuerdos políticos y económicos, optó por la intervención militar. El conflicto duró un par de años. En 1949, cuando la Revolución Cultural China apuntaló a Mao Tse-tung, cambiaron las cosas.
Vietnam pasó a ser el país del sudeste asiático que más guerras ha tenido en la segunda mitad del siglo XX y el único que las ha ganado frente a potencias de la talla de Francia, Estados Unidos y China. La guerra de Vietnam del Norte contra las tropas norteamericanas apuntaló entre 1955 y 1975 un símbolo tanto en la cultura vietnamita como en la occidental.
La vietnamita es una de las poblaciones más optimistas del mundo, según los índices de Gallup
En 2020, más allá de las diferencias ideológicas, la estrategia de bajo costo de Vietnam contra la expansión del coronavirus resultó ser inspiradora para sus vecinos. El gobierno reforzó los controles fronterizos e instaló hospitales y centros de salud antes de que China confirmara la primera víctima fatal. Seis de cada 10 vietnamitas están conectados por internet.
Eso facilitó el rastreo de los aquejados por aquello que parecía ser una “extraña” o “misteriosa” neumonía en un país sin guerras desde 1990 que crecía a un ritmo del seis al siete por ciento anual, apenas por debajo de China.
Las reformas de 1986, llamadas doi moi (regeneración), derivaron en la apertura al capitalismo sin turbar el régimen de partido único, como ocurrió en China con las encaradas por Deng Xiaoping desde 1978. En su discurso por el día nacional de Vietnam, el primer ministro Phuc destacó el cumplimiento de “los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el mantenimiento de la paz y de la seguridad”.
Una premisa, a 75 años de la independencia, que no reniega del legado de un líder comunista nacido en una familia humilde, Ho Chi Minh, que se formó en París, la capital del enemigo, donde se unió al Groupe des Patriotes Annamites (Grupo de Patriotas Vietnamitas). Luego, estuvo en Moscú y en Pekín.
En 2016, Barack Obama culminó un camino iniciado por Estados Unidos cinco años antes: levantó el embargo de armas que regía sobre Vietnam. Una señal de confianza rubricada con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica impulsado por Estados Unidos. La diplomacia bilateral, restablecida en 1995, soslayó las diferencias políticas por la creciente influencia de China en la región. En el Mar de China Meridional, rico en hidrocarburos, China ha diseminado islas artificiales y disputa la soberanía con media docena de países. Motivo de tensión entre los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). Entre ellos, Vietnam, más allá de que, como régimen comunista, parece destinado a coincidir con China.
Parece, en realidad. En el libro China, Henry Kissinger sostiene que el nacionalismo vietnamita se basa sobre dos pilares: la trascendencia cultural de su población y la tenacidad frente a los afanes de dominación de las sucesivas dinastías chinas.
Ambos países se vieron envueltos en una reyerta en 1979 por la decisión de Vietnam de ocupar Camboya y de alinearse con la Unión Soviética.
Entre los vietnamitas, según sondeos internacionales, la mayoría continúa señalando a China como la principal amenaza para el país, aunque ambos hagan gala del pragmatismo en sus vínculos internacionales.
El ejemplo para argentina es Singapur. Purga incluida. Saludos.
Vietnam es una LECCION para los cultores del IDEOLOGISMO ARGENTO que todavía insisten en la ideas perimidas del siglo IXX con la que han engatusado a jovenes que se presumen de "revolucionarios de Cristina", siendo absurdo que UN PRESIDENTE como Alberto Fernández, suscriba a un grupo como EL DE PUEBLA, con una caterba de fracasados disfrazados de "progres" que en realidad son BURGUESES que se realizaron como tales, embanderados con consignas de "igualdad y equidad" en la que ELLOS SIEMPRE GOZAN DE PRIVILEGIOS por ser "los lideres". Vietnamo, no es un MODELO A COPIAR, pues responde a su idiosincracia nacional dentro de un contexto dominado por China, su peor amenaza, incluso mayor que EUA con quienes en el 2000, bajo la presidencia de Clinton, reanudó las relaciones COMERCIALES para nunca mas parar de crecer. Vietnam PRIORIZÓ SUS INTERESES INCLUSO CON AQUEL ENEMIGO QUE DESTRUYÓ GRAN PARTE DE SU PAIS Y GENERO MILES DE MUERTOS por la guerra. Pero EL FUTURO tiene mas VALOR, incluso porque tienen el orgullo de haber derrotado al enemigo en el campo de batalla y en la politica, por los efectos negativos que la guerra tuvo en el propio EUA. Argentina debiera imitar ese gesto de DEFENSA DE LOS INTERESES NACIONALES a la hora de NEGOCIAR CON EL REINO UNIDO por las Islas Malvinas. Seguir con una mentalidad BELICISTA es favorecer a los intereses de GB que sigue usufructuando de los recursos de la región, mientras seguimos rumiando bronca y venganza. Vietnam, se está convirtiendo en un mercado interesantes gracias a su desarrollo economico, que sin el respaldo de EUA, jamas habría sido posible. VEAMOS LOS RESULTADOS, antes de negar las POSIBILIDADES DE BUSCAR CAMINOS DE DIALOGO EN BASE A NUESTROS INTERESES NACIONALES Y NO POR LA MENTALIDAD DE BARRICADA DE CENTRO DE ESTUDIANTES.