Vanesa Siley es abogada, secretaria General de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales y diputada Nacional por el Frente de Todos. Ah… también es consejera de la Magistratura de la Nación. E híper cristinista.
En las últimas horas cobró relevancia porque presentó un proyecto para promover el juicio político contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz.
Por las dudas, la legisladora oficialista indicó que presentó el proyecto el 25 de septiembre, cuatro días antes de que la Corte aceptara el per saltum que antepusieron los tres jueces a los que el oficialismo quiere desplazar de sus cargos actuales por haber accedido a ellos con un traslado por decreto bajo la gestión anterior. Lo hizo en su cuenta de Twitter.
El proyecto pide abrir el proceso de juicio político contra Rosenkrantz bajo la acusación de "mal desempeño y eventuales delitos en el ejercicio de sus funciones, de conformidad con lo que dispone el artículo 53 y concordantes de la Constitución Nacional". Es una acusación que le viene como anillo al dedo al kirchnerismo
"Rosenkrantz obstruye el pleno ejercicio de los derechos y garantías constitucionales. Sus compromisos políticos y económicos con corporaciones y personas vinculadas a la responsabilidad civil en la última dictadura militar están frenando el tratamiento de causas", afirmó Siley.
Al respecto, la legisladora sostuvo que el presidente del máximo tribunal "es responsable de cajonear la causa ‘Blaquier’ para evitar que la Corte confirme el procesamiento de Carlos Pedro Blaquier por delitos de lesa humanidad". No se trata de ningún expediente nuevo, por eso caben todas las especulaciones.
Y, si bien al aclarar la fecha de presentación de su proyecto la diputada buscó desvincularlo del nuevo conflicto que se abrió entre la Corte y el Gobierno, la difusión de su iniciativa en la Cámara baja suma un elemento más a la discusión que atraviesan por estos días ambos poderes.
No es la primera polémica en la cual se ve envuelta Siley: en su momento fue una acérrima defensora de la polémica democratización de la justicia impulsada por los K.
A su vez, fue una de las pocas que se animó a suscribir al primer proyecto de impuesto a las grandes fortunas que impulsó el oficialismo. Era tan controvertido que era resistido hasta por puntuales aliados K. Por eso, fue modificado.
Anteriormente, Siley fue autora de un proyecto de ley que establece un “régimen de promoción para la igualdad real de oportunidades entre mujeres y varones en las sociedades comerciales”.
Una de sus frases más polémicas la dijo en 2018: “No puede haber una feminista que no esté afiliada a un gremio".