La diplomacia argentina corrigió el rumbo sobre Venezuela y la autoridad política del presidente lo pagó caro.
Para la Casa Rosada, el silencio público de Cristina debe decodificarse como señal de aprobación. Un gesto de pragmatismo necesario para acordar con el FMI. Alberto Fernández está convencido de que la bendición de ese organismo inmunizará a la economía contra el virus de la desconfianza, que amenaza la gobernabilidad.
Negociar con el Fondo Monetario es negociar con el gobierno de Estados Unidos. El aislamiento del régimen de Maduro ordenó toda la política de Trump para América latina. La opinión de Biden, el candidato demócrata a la Casa Blanca, no difiere sobre este punto. Su prioridad es la democratización de Venezuela.
Biden rechaza de plano la hipótesis de una acción militar que en algún momento evaluó Trump. Cafiero y el canciller Solá –como un guiño para la interna K– impugnaron un eventual intervencionismo, hoy fuera de agenda.
Lo presentaron como un matiz que distingue su política exterior con la de Macri. En realidad el gobierno de Cambiemos también se opuso a esa opción. La única diferencia objetiva es que Fernández desconoció como presidente legítimo a Guaidó, titular del parlamento, hoy cuestionado en el propio universo opositor venezolano.
El silencio de Cristina admite otra lectura. Dejó hacer, no desautorizó, al coro de dirigentes radicalizados de su trinchera que descargaron fuego graneado sobre la cancillería y sobre el propio mandatario.
Alberto Fernández intentó actuar otra vez su rol de equilibrista, para curar las heridas. Le tendió la mano a la embajadora sin embajada Alicia Castro y ella se la mordió. El presidente se sometió así a otro desaire innecesario.
Ni siquiera tuvo fuerza para remover a Carlos Raimundi, el embajador ante la OEA que desoyó las instrucciones del canciller y defendió al régimen de Maduro del informe implacable de Bachelet.
En una diplomacia seria la desobediencia es impensable. Y si ocurre, se sanciona con la exoneración inmediata. Argentina no tiene una diplomacia seria.
El voto en la ONU buscó enmendar la posición de Raimundi, militante del cristinismo, en el seno de la OEA.
La política exterior del gobierno se mueve como un autito chocador.
En estos meses Argentina confrontó con Estados Unidos, enrareció el vínculo con países europeos y rompió puentes con los vecinos. Por ideologismo, por pretensiones increíbles como la candidatura inviable de Beliz a la presidencia del BID, y por pequeñas torpezas como las erróneas filminas del exprofesor Fernández.
Argentina desertó en los hechos de su protagonismo en el Mercosur. Nos peleamos con Brasil, Chile y Bolivia. Y nos distanciamos de Paraguay y Uruguay.
Pepe Mujica, a quien Fernández le prodigó su admiración incondicional, acaba de quejarse porque el presidente argentino no recibe a Luis Lacalle Pou. Tal vez haya sorprendido al oficialismo local: ¿cómo un ex presidente progresista se encolumna de ese modo con un sucesor liberal?
La respuesta es sencilla. La política exterior representa los intereses permanentes de una Nación. No la guía el sesgo ideológico de las mayorías internas circunstanciales.
Argentina no es Uruguay.
Tranqui la política exterior está bien definida, cuando "haiga" cash pegamos el volantazo de nuevo. Lo de auto chocador es generoso porque sería en un entorno contenido, para mí es al borde del precipicio. De banquina a banquina vamos. Gomas bien peladas, de las que podes pasarle el peine para no desentonar y a fondo. Es "trajico" a la mañana uno te dice algo. A la tarde otro desdice al primero. A la noche sale un tercero con "otra" versión. Y a la mañana siguiente "desbarrancaste". Sería más propicio fundir el motor y que no se mueva que seguir. Falta gente capacitada, no hay alguien de planta permanente que tenga idea, se le paga a un mundo de "acesores", será que no hay algún cabeza, que tire algo coherente o que articule tres o cuatro ideas para que parezca que van en el mismo sentido? O por lo menos que al estar frente a la pantalla y mire algún foro cómo 4chan o algo pero que sea coherente. A esta altura ya no importa que esté bien o mal, porque es todo temporal, pero si que sea coherente. Se que no corresponde, pero, El baner de pudimos de PBA alguien interpretó que quieren decir?
¡Cuidado con las trampas cazabobos! Que no se traten de maniobras distractivas para aparentar "divisiones" planificadas. todas puestas en escena con el fin de hacer creer que hay "grietas" en el poder. Ya vemos como Berni representa a la TRAMPA IDEOLOGICA, pues mientras el como "bueno", aparece como "comprometido con la ciudadanía y la victimas de la violencia delictiva", y por otro lado están los "malos" que se apoyan en los delincuentes y en mafiosos. Pero lo curioso que ambos son tributarios de CRISTINA a la que reconocen como JEFA,. Hay que recordar que LA POLITICA de este pseudoprogresismo es de caracteristicas de CENTRO DE ESTUDIANTES.....¡pero del primario!, a la luz de las exposiciones del Jefe de Gabinete. Se basa en chicanas, dimes y diretes, zancadillas dialecticas y pujas de poder de parte de alcahuetes y mediocres, todo sea por ganar un cargo publico o una promesa de poder en algun momento. ¡ESE ES EL MODELO AL QUE QUIEREN LLEVAR A TODA LA ARGENTINA.....Y QUE LO ESTAN CONSIGUIENDO, DADO EL NIVEL DE DETERIORO INSTITUCIONAL SOCIAL Y ECONOMICO! Quien merece un aparte es SERGIO MASSA, ¿QUE DICE CONCRETAMENTE EL PRESIDENTE DE LA CAMARA DE DIPUTADOS RESPECTO A LAS POSTURAS DE "UNO Y OTRO SECTOR DE SUS SOCIOS ELECTORALES"?
este pelotudo de alberto se tiene que despegar de los kirchneristas o lo van a terminar volteando ellos mismos
Memoria, gente. Recordemos que Duhalde fue menemista, luego anti. Néstor fue menemista, luego duhaldista, luego anti. Cuando sube Néstor Cristina tenía mas presencia histórica, en su anterior cargo en el Congreso. Ya se hablaba de algún "cristinistas vs nestoristas". Falleció Néstor y muchos ex-nestoristas se hicieron anti-CFK (incluyendo al actual Presidente). Massa fue anti-CFK y ahora comparte el mismo espacio político. El peronismo es fiel a aquel antiguo postulado: "Cuando la gente cree que nos estamos peleando en realidad nos estamos reproduciendo". Tendrán sus internas, no lo niego. La competencia por el poder puede ser feroz. Pero a la larga se alinean atrás del mas poderoso, sin importar la ideología.