“En el socialismo nunca sabes el pasado que te espera”. Leonardo Padura
Como ha hecho desde su irrupción en la política nacional, otra vez la PresidenteVice quiere esconder sus zafarranchos institucionales tras la espesa niebla que cubre al país desde la muerte de Diego Maradona. Su penosa marioneta, el Presidente Pinocho, quiso obsequiarle una remake del show del vestidito negro que permitió a su jefa alzarse con el 54% de los votos en 2011 pero, como se trata de un gobierno de exitosos incapaces, también eso salió muy mal y el velorio se transformó en un nuevo bochorno.
Resultó patética la inculpación de Alberto Fernández a los deudos y a la Policía de la Ciudad por los incidentes (suscitados cuando, por pedido de Cristina Fernández, se cerró el acceso mientras ella estaba frente al féretro) y se convirtió en rastrera cuando se intentó borrar el comunicado oficial previo, que auto-atribuía a la Nación la responsabilidad por la seguridad, ya que las tomas de pantalla inundaron las redes. Finalmente, los barrabravas, condenados incluidos, ingresaron por la fuerza a la Casa de Gobierno -¡qué simbólico!- y hubo que recurrir al escuadrón de custodia de Granaderos para evitar que fuera, literalmente, tomado todo el edificio.
Por obra y gracia del tan masivo e imprudente velorio, la “cuareterna” (que seguirá rigiendo hasta marzo para el Congreso y la Justicia) quedó desnudada como lo que realmente es: sólo un recurso político para domar a la ciudadanía y mantenerla encerrada y callada, mientras se arrasaba el país para empobrecerlo como nunca antes, destruyendo empresas y empleos, escuelas y alumnos, para avanzar en la idea de construir aquí otro santuario pobrista (ya llegamos al 55%) del socialismo del siglo XXI. La voluntad de Cristina Fernández, instrumentada por su mandado, nos costó ya cuatro millones de puestos de trabajo, un año entero sin clases, quinientas mil Pymes fundidas y la huida de grandes empresas.
La prensa, en general, recayó en el amarillismo más abyecto con la muerte de Maradona, tanto como hizo y sigue haciendo aquí y en el mundo con la pandemia del Covid, facilitando a los gobiernos populistas de todos los signos enmascarar sus verdaderas intenciones tras el pánico que generó con su insistente recuento de tragedias. Lamento, a priori, las pérdidas personales que cada lector haya sufrido en carne propia, pero no debemos perder de vista los hechos concretos: se contagió sólo el 0,87% de la población mundial, y murió el 0,02% de ella; en la Argentina, esos números, al día de hoy y que confirman el fracaso de la “cuareterna” como prevención, sólo llegan al 3,04% y 0,08%; ¿justifican el altísimo costo que pagamos?
Alberto Fernández ya envió el pliego de Alejo Ramos Padilla, el militante Juez de Dolores, para ocupar el Juzgado Federal N° 1 de La Plata, a cargo de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, incrementando el control electoral al que ya había accedido con la designación de Daniel Bejas para integrar la Cámara Nacional Electoral. Por su parte, la PresidenteVice logrará que el H° Aguantadero reduzca a una mayoría simple el requisito para designar al Procurador General de la Nación e impedirá que el cuarto poder del Estado –que incluye a todos los fiscales- conserve su esencial independencia. Los senadores darán media sanción, y será en Diputados donde librará esta batalla antes de fin de año. Deberemos mostrarnos otra vez muy activos para exigir a nuestros representantes que eviten este magnicidio. También en este caso, utilizarán como velo la discusión por la legalización del aborto para esconder el estropicio.
El Poder Judicial continúa en deuda con la ciudadanía. La Corte debería decidir, ya mismo, sobre la constitucionalidad de la modificación del Consejo de la Magistratura, a estudio desde hace cinco años; si confirmara las sentencias de los tribunales inferiores, impediría que la siniestra impunidad de la PresidenteVice –que deberán decretar los jueces porque, según ella, ya tiene la de la historia- pueda lograrse. Y la Sala I de la Cámara Federal de Casación hacer lo mismo con la validez de las declaraciones de los funcionarios y empresarios “arrepentidos” en la causa “Cuadernos”, que dejaron detallada constancia de los sobornos que pagaron y cobraron, y dónde terminaba el dinero, durante los primeros gobiernos kirchneristas.
Los probados delincuentes invocan la falta de registro audiovisual de esas declaraciones para invalidar las mismas, que constan en actas firmadas por ellos y sus abogados, de los fiscales intervinientes y del juez de la causa. Es probable que lo consigan, dada la clara adscripción de algunos de los miembros de esa Sala a la ya famosa asociación “Justicia Legítima”, eterna protectora de los ladrones; pero deberán tener en cuenta la reacción popular que suscitaría un fallo en ese sentido dado que, según todas las encuestas, la corrupción es de las mayores preocupaciones de la población.
La recuperación económica y social deberá esperar mucho tiempo, porque sólo puede venir de la mano de las inversiones. Y no llegarán mientras se creen nuevos impuestos confiscatorios y abusivos y aparezcan resoluciones con moratorias inéditas con nombre y apellido (Cristóbal López y Máximo Kirchner), mientras no exista seguridad jurídica, mientras se siga avanzando sobre la propiedad privada (se prohibirá disponer de los campos incendiados), mientras el costo de la casta política siga siendo tan abusivo, mientras continúe el adoctrinamiento malévolo en las aulas y se degrade la educación y, sobre todo, mientras los jueces sean sólo veletas obedientes a los vientos del poder.