Despertó el dólar. Después de cuatro semanas de letargo, el blue saltó 11 pesos en dos ruedas, a 164 pesos.
Incidieron factores estacionales. En la calma, por la venta de divisas de empresas necesitadas de pesos para cubrir gastos extras, como aguinaldos y vacaciones. Y en el recalentamiento posterior, por el efecto inverso. Particulares con alguna capacidad de ahorro dolarizan parte del aguinaldo. Y empresas pymes hacen lo propio con los ingresos extras por las ventas de fin de año.
En cualquier caso, estos movimientos revelan que las expectativas de devaluación se mantienen.
El Gobierno dio señales contradictorias sobre el sostenimiento del programa de estabilización insinuado por el ministro de Economía.
Guzmán lograría cerrar el año con un déficit inferior a lo presupuestado. Pero sólo en diciembre el rojo del Tesoro alcanzaría al 1,2% del PBI.
Eliminó el IFE y aplicó una poda enérgica al ATP. Pero la decisión política de prevenir tensiones sociales triplicó otras partidas asistenciales y reforzó el Repro, un viejo programa de ayuda transitoria a empresas en crisis
Guzmán logró colocar deuda en el mercado local, pero no fue suficiente. No pudo cumplir su promesa de bajar sustancialmente el financiamiento del rojo con emisión. Este mes el Banco Central ya le transfirió 200 mil millones de pesos. Y se estima que hará otro giro en estos días.
La negociación de un programa de ajuste con el FMI continúa. Pero quedó envuelta en la incertidumbre luego que la vicepresidenta objetara la magnitud del apretón en un año electoral. Atenuó el recorte a los jubilados y pidió recuperación salarial y moderación tarifaria.
Altos niveles de emisión e incertidumbre mantienen una amenaza latente de un corrimiento al dólar.
Guzmán logró reducir la brecha entre el tipo de cambio oficial y los alternativos, tras la estampida de octubre. Pero sigue siendo muy elevada, pese a que el Gobierno viene devaluando la paridad que controla por encima de la inflación.
El dólar oficial aumentó 40% en lo que va del año. Los dólares legales que se transan en el mercado bursátil –Contado con Liquidación y MEP o dólar Bolsa– crecieron más del 90%. Y el blue, la mejor inversión financiera de 2020, acumula un alza de 118%. Triplica a la inflación.
La brecha incentiva las importaciones y desalienta las exportaciones. El superávit comercial externo se achicó dramáticamente, de los 1.900 millones de dólares de mayo a los 271 millones de noviembre.
El Banco Central resignó este año 6.000 millones de dólares de sus reservas para evitar que el tipo de cambio oficial se dispare y no logra capturar los dólares genuinos del comercio exterior que, como vimos, se jibarizan.
El exceso de emisión y la incertidumbre sobre el rumbo económico alimentan las expectativas de devaluación. La carencia de reservas debilita las chances de evitarla.
El consenso de los economistas que consulta el Banco Central espera un 2021 con dólar e inflación más altos. Cuánto, dependerá de la medida en que se subordine la política económica a las necesidades electorales. Y de que el “bicho traicionero” del coronavirus –diría Schiaretti– no vuelva a causar estragos masivos.
Esto es lo que quiere Magnetto.-